Dyego Sousa en disputa con Busquets a la salida de un córner. Agencia Lof
Fútbol sin red

«Yo estuve en la despedida de Piqué»

«Gracias a una gran primera mitad se sostuvo el equipo y alargó la ilusión de la parroquia rojiblanca de dar la campanada»

Salva R. Moya

Almería

Domingo, 6 de noviembre 2022

La visita al Nou Camp, como era previsible, no era el mejor escenario para ganar lejos del fortín del Power Horse Stadium pero sí el ... perfecto escaparate para dar la cara y enseñar sus virtudes al gran público como ya hizo en la jornada inaugural ante el Real Madrid. Y lo hizo. Gracias a una gran primera mitad se sostuvo el equipo y alargó la ilusión de la parroquia rojiblanca de dar la campanada, pero al final aparecen los jugadores que marcan diferencias, en esta caso Dembelé, para devolverte a la cruda realidad que no es otra que la gran diferencia presupuestaria entre los grandes y el resto y que el Almería juega otra Liga, la que lucha por la permanencia.

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El fútbol es grande porque, a diferencia de otros deportes, David gana de vez en cuando a Goliat y como decía Rubi en la previa para que ello ocurra tienes que jugar un partido excelso y que el rival no tenga su día. En definitiva, se cumplieron los pronósticos, el Almería perdió pero lo hizo con gran dignidad. Aparecía el 1 en todas las quinielas y quizás por eso el entrenador rojiblanco hizo algunos cambios y reservó a algunos titulares caso de El Bilal Touré, Srdjan Babic o César de la Hoz para el encuentro ante el Getafe que ahí es donde hay que echar el resto para cumplir con los objetivos previstos.

La derrota en Barcelona coincidió con la despedida de Gerard Piqué que acaparó todos los focos y que no hubiera sido de la partida si no decide retirarse horas antes. Su adiós del fútbol eclipsó el resto y hay que reconocer, con más o menos empatía hacia el central azulgrana, que se merecía todos los titulares por lo que ha dado a su equipo y al fútbol español.

Por su parte, Rubi tuvo el detalle ganado a pulso de premiar a algunos futbolistas poniéndolos en el once en un estadio donde todo el mundo quiere disfrutar. El ejemplo más evidente es Fernando Martínez. El murciano merecía ese honor, un jugador humilde que llegó al Almería sin hacer ruido y desde el silencio del banquillo aprovechó sus oportunidades para conseguir una titularidad que luego le llevaría al ascenso. Y ahora en la máxima categoría, con una sana competencia con Fernando Pacheco, otro gran portero, está demostrando que tiene cualidades para consolidarse en la máxima categoría. Se lució con paradas de gran mérito y hasta puede decir que el temible Lewandowski no fue capaz de batirle, ni de penalti. También tuvo Rubi un guiño con Samu Costa desaparecido en combate en las últimas jornadas y con los exazulgrana Chumi y Akieme aunque este último, hoy por hoy, es intocable en el once.

Un gran escaparate, muchos alicientes, detalles desde el banquillo y, sobre todo, la afición desplazada más los emigrantes en Barcelona pueden estar orgullosos de la imagen de su equipo que volvió a competir a un grande disfrutando del momento. Y podrán contar a sus nietos que ellos estuvieron en la despedida de Gerard Piqué.

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