UD Almería

Lo que la Copa le permite a Garitano 'descubrir' sobre el Almería

Muchos inconvenientes para pensar que de la cita copera se podía sacar algo positivo. Principalmente porque la Copa del Rey suele ser un torneo que muchos equipos lo afrontan con la intención de que suponga el mínimo desgaste posible y que, desde que la juegan equipos de muy inferior categoría, que si hay eliminación no sea muy humillante.

Pero, en el caso de la actual UD Almería, Gaizka Garitano ya apuntó en la previa que debía servir para mucho más. Para que le pudiera valer en la práctica después de que, en sus dos primeros partidos al frente del equipo, se hayan saldado con derrotas al no ver que su teoría se ha trasladado al terreno de juego. Por lo que, pese a que fuera un encuentro oficial, lo tomaría como un 'examen' para sus jugadores. Como si fuera el mejor entrenamiento de la semana. El que no ha podido tener, hasta la fecha, desde que se hiciera cargo de su actual plantel. El que se ha visto cada vez más bloqueado y sin saber poner soluciones a los problemas que se acumulan.

Uno de los aspectos que más pudieron demostrar que no era un día más fue que, de los cinco jugadores con ficha del filial que viajaron, solamente los dos que tienen una dinámica del primer equipo desde el inicio del curso tuvieron minutos. Con Marezi como '9' titular, después fue Marciano el que jugó. Y lo hizo, el guineano, en su posición más natural de extremo derecho. No lo puso Garitano de delantero centro. Quizás dejando claro que lo ve en banda y no como referencia ofensiva, como sí había tenido minutos en sus dos compromisos ligueros.

Y la apuesta por el serbio no le pudo salir mejor. Porque jugó sus mejores minutos con el primer equipo. Cierto es que, hasta ahora, su participación había sido testimonial el pasado curso, sin presencia en el actual. Pero mostró movimientos de '9', tanto dentro como fuera del área. Fallando, en el remate, la primera ocasión que tuvo que se la fabricó él solo, pero marcando la segunda de la que dispuso. Además, movimientos muy interesantes fuera del área para, siempre, dejar en una mejor posición a un compañero en superioridad, como le ocurrió a Largie Ramazani.

Otro, el belga, que ha hecho en apenas cuatro días mucho más, en el aspecto goleador, que en los dos meses y medio anteriores. Porque anotó el primero en Talavera, que era el segundo que marcaba de manera consecutiva, tras su 'estreno' frente a la UD Las Palmas. No sirvió para nada el tanto liguero, pero en un goleador (Ramazani lo es) todo lo que sea romper una racha negativa es bienvenido.

Como una 'racha' que se cambió fue el hecho de que un error propio no se convirtió en un gol encajado. Por primera vez desde mayo (sin contar los amistosos de pretemporada) el Almería dejaba su puerta a cero. Un hecho que, en cualquier otra circunstancia 'normal' no dejaría de ser una anécdota. No así en el actual Almería. Con más de 30 goles encajados en 11 jornadas. Recibiendo goleadas por superioridad del rival o, también, encajando goles por «errores impropios de un equipo de Primera División». Una frase repetida tanto por Vicente Moreno como por Gaizka Garitano. Tal y como sucedió, el pasado sábado, frente a la UD Las Palmas de García Pimienta.

Y eso que, en los primeros minutos ante el Talavera, se pudo ver a una UDA con nervios en la zaga. Con algunas ocasiones del cuadro local, más propias de unos jugadores almerienses que hacían de todo para darle trabajo a Luis Maximiano y demostrar que lo malo de la Liga se trasladaba a la Copa del Rey. Pero pasados estos minutos, unido al gol de Largie Ramazani, el equipo se fue asentando. Sintiéndose cada vez más poderoso y llegando al ataque con más efectivos, una vez que las «piernas se fueron soltando». Todo porque la mente ya lo estaba haciendo.

Así llegó el 0-2. Un robo en el centro del campo de tres jugadores que fueron a la presión. Una rapidez en la ejecución de Gonzalo Melero que, nada más robar, ya sabía que Arnau Puigmal estaba corriendo la banda. Con Arribas, Ramazani y Marezi alcanzando el área rival. Para que el serbio se estrenara con el primer equipo de la UDA y la sonrisa, producto de la confianza, comenzara su camino por un equipo que estaba viendo que el plan le estaba saliendo, por mucho que el rival fuera de Segunda RFEF.

En un partido en el que, salvo la presencia de Pozo como lateral izquierdo (siendo diestro) por las lesiones de Sergio Akieme y Álex Centelles, todos ocuparon posiciones 'naturales'. Mendes olvidó el 'error' contra Las Palmas con un partido muy serio en el lateral derecho. Kaiky se 'disfrazó' de Puyol y evitó el 1-2 despejando con el cuerpo a portería vacía. Édgar volvía un mes después por lesión como central por la izquierda sin salir en ninguna 'foto' negativa. Lopy, con sus riesgos, demostrando que puede ser pivote defensivo. Melero aguantando todo el partido y dando salida y trabajo. Arnau Puigmal siendo intenso en la banda derecha. Arribas interviniendo más en el juego que en otros partidos y dando pases de calidad. Con Ramazani dando las notas de desborde y gol. Mientras que Marezi fue el '9' esperado cuando se pagaron 3 millones por su traspaso en el verano de 2022.

Sin 'inventos' ni tener que cambiar la posición de nadie con tal de que esté otro jugador en el once inicial. Cada uno haciendo lo que sabe en un terreno de juego. Como si lo vivido en las once jornadas anteriores no hubiera pasado. Como si se partiera de cero, lo que suele ocurrir con un cambio de entrenador, y sepan que están ante la oportunidad de ser importantes para el futuro más próximo del equipo.

Pero no todo fue positivo. Tal y como se tenía previsto por parte del cuerpo técnico, el choque fue para hacer una lista de pros y contras. De lo primero hubo más, que se trasladaron al resultado final que fue beneficioso para el Almería. Aunque en la lista del debe también hubo 'apuntes'. El más claro, sin duda, la expulsión de César Montes. Se podría decir, en su descargo, que el colegiado pudo ser demasiado riguroso en las dos amarillas que le mostró. Con el reglamento en la mano, en las dos se la pudo mostrar. Todo en apenas cuatro minutos, Desde que entró, para que no pasara nada en los minutos finales y colocarlo de pivote defensivo, hasta que se tuvo que retirar instantes antes del final real del choque. Dos amarillas que le impedirán estar en la siguiente ronda copera (5-7 diciembre), también ante un equipo de inferior categoría en campo contrario al del Power Horse Stadium.

En ese momento estaban sobre el terreno los cuatro centrales que tiene el Almería en su plantilla. Con Kaiky y Édgar manteniendo el sitio, mientras que Chumi entró en el partido para colocarse en el lateral izquierdo. Era la única posición de toda la zaga que le quedaba por 'probar' al gallego desde que fichó por la UDA. Otra muestra de que Garitano quería ganar el partido con los 'mayores'. No hubo tiempo para otras cosas, con todo lo que ya tiene.

Así lo afrontó el preparador vasco y, si cumple su palabra dada en la previa, la eliminatoria disputada en El Prado debe servirle para poner en Mendizorroza un equipo que haya 'salido' de Talavera. Porque hubo muchos aspectos sobre los suyos que tendrá que analizar en estos días. Tanto positivos (algo nuevo en esta campaña) como negativos (que también los hubo). Ahora faltará ver si, ante el Deportivo Alavés (domingo, 14.00 horas), el técnico vizcaíno traslada su teoría, unida a la práctica copera, a la jornada 12 de la Liga EA Sports.