Las claves de una caída que no encuentra fin y sí aumenta las dudas

En ese momento quedaban seis jornadas para alcanzar la 42. Tiempo que se pensaba suficiente para, con otros planteamientos en el día a día, pudieran recuperar una versión que, con José Gomes de entrenador y en un periodo en el que participaron prácticamente todos los jugadores como titulares, el Almería estuvo ofreciendo el mejor fútbol del campeonato, algo que parece, por las actuaciones en los dos últimos meses, un bonito sueño ya desaparecido. Al menos, por resultados y sensaciones en este último periodo.

El cambio, números en mano, no ha sido positivo. Una única victoria frente al Tenerife. Casualidades o no, en el único encuentro que el Almería de Rubi no ha recibido ningún gol. Porque hasta seis ha encajado entre los otros tres choques ligueros. Con la 'particularidad' de que han sido ante conjuntos, en los cuatro casos, de la parte media baja de la tabla clasificatoria. Alguno, como el Albacete, tan baja como que es el colista de la competición. Con el Cartagena, su último verdugo, que logró la salvación virtual en su primer encuentro con público desde que ascendieron hace un año la en su retorno al fútbol profesional. La UDA no le 'aguó' la fiesta a los de Carrión.

La entidad de los cuatro rivales en el inicio de la era Rubi ha evidenciado, todavía más, que la hoja de ruta no se ha cumplido o, al menos, no se está cumpliendo tal y como se había diseñado desde las altas esperas de la entidad almeriense. Sabedores de que sería muy complicado arrebatarle el segundo puesto al Mallorca, lo que no esperaban era, con algún pinchazo bermellón incluido, que el equipo almeriense no 'presionara' algo más a los de Luis García Plaza. Algo que no se esperaba ni en tierras insulares.

Principalmente en la noche del pasado sábado. Cuando a un casi descendido Albacete no fueron capaces de ganarle ni con uno más durante los últimos 20 minutos. Una nueva prueba de que son más los problemas que 'simplemente' los errores graves y flagrantes, que han costado varios puntos, en labores defensivas. Otros que han llevado a que Rubi diga, en todas sus comparecencias ante la prensa, que tendrá que estar «días sin dormir» para encontrar esas soluciones que, creía, había solventado por la «buena predisposición» de unos jugadores que han «vuelto a lo que habían arreglado, según el criterio del preparador catalán.

Y en esas está la actual UDA. Pendiente de que el Rayo Vallecano pierda mañana para que la presencia rojiblanca en las eliminatorias por el ascenso sean una realidad. Porque, como el resultado sea contrario a los 'intereses' del Almería, la preocupación aumenta de manera considerable. No ya porque el resto de equipos estén dando el nivel para superar los cuatro al conjunto almeriense, pero sí por la dinámica propia del club entrenado por Rubi.

Dos victorias en las últimas 12 jornadas. Es el balance, pese a que lo mantienen en la parte noble de la Liga SmartBank. Aunque ya con un mínimo espacio de ventaja sobre sus perseguidores. Los que, sin tener tampoco rachas para haber destacado, ven que la UDA ha perdido gran parte de sus buenas sensaciones. Los que ven que el equipo almeriense es ya 'factible' para poder eliminarlo en el playoff, algo que parecía muy difícil hace apenas unas semanas. Cuando estaba más cerca del ascenso directo que de poder salir de las seis primeras plazas.

En el aspecto deportivo, Rubi ha señalado que buscaba un mayor cariz ofensivo en su planteamiento, siempre mirando que la labor defensiva era crucial. En los cuatro partidos que lleva al frente del Almería, el preparador catalán ha cambiado de esquema en varias ocasiones. En la búsqueda de que lo pensado y trasladado a la pizarra se pueda, también, trasladar al césped y con resultados positivos en forma de puntos.

Prefiere un pivote y dos interiores. La diferencia es la elección del que hace la primera función. Ante la ausencia de Samú Costa, puso a Petrovic en los dos primeros partidos, para darle más movilidad a Morlanes. Contra el Albacete, dada la 'entidad' del rival, el cedido por el Villarreal fue el '5', con Carvalho y Aketxe para tener más posesión. Y el martes, en Cartagena, Samú Costa recuperó la titularidad, para que Morlanes hiciese de doble pivote y Robertone reforzara como tercer centrocampista. Así que, volviendo a los 'orígenes' para darle más consistencia y menos toque. Pero sin contar con los errores de los zagueros, propiciados, como reconoció Rubi, por una constante cesión hacia atrás de los que tenían que construir el juego.

Por delante, Logroñés y Sporting para revertir la situación y llegar de la mejor manera posible a los playoff de ascenso. Siempre que no se complique y en Gijón deban jugar por algo más que mantener una posición de privilegio en la Liga SmartBank.