Ristic, que estará ausente hoy, se queda con el balón. EFE
UD Almería

El Celta repite otro año en la lucha por la permanencia

El rival ·

Rafa Benítez recibe al Almería con el ultimátum de su despido sobre la mesa después de una campaña en la que todo está saliendo mal

Javier Gómez Granados

Almería

Viernes, 1 de marzo 2024, 13:41

Lejos queda aquel partido de agosto en el Power Horse Stadium en el que los gallegos empezaron a abrir la herida de una UDA que ... ya jamás se cerró. Aquel día los rojiblancos mostraron, sin aún saberlo, todos sus males. Goles encajados con facilidad, opciones de ganar partidos con fallos ofensivos clamorosos y puntos que se perdían con mucha facilidad a pesar de momentos de muy buen fútbol.

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Muchos meses después, gallegos y almerienses vuelven a encontrarse en una situación extraña. Los rojiblancos, jugando bien y generando ocasiones, aunque incapaces de ganar, ya sin la presión de una permanencia que es imposible. Los celestes, por su parte, con la soga al cuello, asfixiados por el estrés de una salvación que se les escapa entre los dedos cuando mayores facilidades reciben de sus rivales. Y sobre la mesa, en el menú de esta jornada, el finiquito de Rafa Benítez si su equipo no gana a una UDA que lleva tres semanas seguidas sin perder pero que, a nadie escapa a estas alturas, se muestra incapaz de ganar.

También queda lejos la marcha sorpresiva del joven valor Gabri Veiga y que conmocionó a la afición de Balaídos, así como la ilusión mostrada por la llegada de un técnico de prestigio como es Rafa Benítez. Las angustias de la pasada campaña parecía que podían dejar paso a una temporada más tranquila, pero, nada más lejos de la realidad, el Celta vuelve a mirar al abismo y sólo la lamentable actuación de otros tres equipos, andaluces todos ellos, está permitiendo salvar una penosa temporada de los celestes. De momento.

El fútbol de Benítez

Cuando Rafa Benítez se hizo con los mandos del Celta ilusionó a la parroquia con las ideas de «intensidad, equilibrio y orden» como algunas de las claves de su fútbol. Dejó claro que el Celta de Vigo juega «con una defensa de cuatro» y que su filosofía es «tener el balón, moverlo rápido, ser intensos y defender bien para salir rápido a la contra». El técnico madrileño analizó lo que pretende y lo que no. «Parece que ahora estás obligado a sacar el balón de atrás, pero el 1% de las jugadas desde atrás acaban en gol y el 57% en pérdidas. Creo que, tal y como está estructurado el equipo, vamos a jugar con una defensa de cuatro. Quizás en alguna ocasión podamos jugar con una línea de cinco, pero hay que entrenarlo. Nuestra idea es utilizar el 1-4-4-2 o el 1-4-2-3-1». Y así lo hizo durante muchas jornadas, aunque la mala secuencia de resultados le ha obligado a modificar sus propias ideas sobre la marcha. Sea como fuere, el Celta no ha encontrado un patrón de juego reconocible, una estabilidad sobre la que apoyar una regularidad que nunca llegó y, por encima de todo, una confianza perdida casi desde el inicio.

A pesar de ello, el modelo de fútbol de Benítez siempre ha estado en la pizarra celtiña, aunque no siempre sobre el césped. Se basa en la posesión de balón, en moverlo rápido, en ser intensos y en defender duros para salir rápido a la contra. Pero nada está saliendo como el madrileño pretendía e incluso, los problemas a balón parado que la pasada campaña y también en lo que llevamos de esta, ha sido un grave problema, sigue sin encontrar la solución necesaria.

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El Celta de Vigo no termina de encontrar un juego colectivo en el que apoyar sus carencias pero sí goza de algunas individualidades que, en situaciones de estrés, pueden encontrar la solución en un momento concreto. Lo cierto es que los gallegos empiezan a sentir, como ocurriera la pasada temporada, la falta de aire por la llegada de un tramo final de Liga en el que pesa mucho el miedo al descenso.

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