Statu quo

Y el encuentro de este miércoles en el Alfonso Pérez de Getafe, yo, a todas luces, lo etiqueto de final. Porque Getafe o Almería, el que pierda de los dos va a perder algo que será muy difícil de recuperar. El statu quo.

En este momento de lectura, ambos dependen de sí mismos; los dos equipos figuran fuera de la zona de descenso. El jueves, si hay un perdedor en el Coliseum Alfonso Pérez, es muy posible que se encuentre en el fango; dicho equipo empezará a desquiciarse y sus partidos ya no serán por ganar sino por la supervivencia pura y dura. Y ya saben en lo que se traduce eso: nervios, imprecisiones, tensión y dificultades extremas hasta para el saque inicial.

A partir de mañana miércoles quedarán puntos, jornadas y seguirán produciéndose oportunidades pero, en juego, hay un statu quo que uno va a perder. Ya no estamos ante esa lucha entre siete u ocho conjuntos. Ahora se cuentan los implicados con los dedos de una mano. Y casi la mitad se irán a Segunda División.

Con muchos equipos a la orilla de los cuarenta puntos, hay que seguir afilando las jornadas venideras. El Valencia, en el momento más delicado, reaccionó a los primeros auxilios y debemos aguantar el envite que nos va a lanzar esta semana.

Al Getafe no podemos dejarle marchar. Y se me antoja casi imposible certificar una permanencia en la máxima categoría, la Primera División, sin lograr ganar ni un partido a domicilio. Es desagradable, lo sé; pero necesitamos la victoria para que empecemos a implorar milagros.