El Almería vive en constante 'déjà vu'

Es cierto que el Valencia en casa es un equipo sólido -llegaba al partido siendo el que menos goles había encajado en lo que va de liga como local-, pero que se adelantó justo cuando el Almería perdonó en el área rival una acción en la que pudo adelantarse, pero el 'balón' pidió salir volando porque Melero vio a Mamardashvili muy grande, echó el cuerpo atrás al golpear y el disparo se fue al limbo, por donde marcharon las opciones indálicas de incomodar más aún al Valencia.

Y casi en el minuto después, el defecto del que hace gala siempre el equipo rojiblanco, muy débil en su propia área -como en la ajena-, se vistió de 'perdonavidas' y permitió que un centro de Diego López por la derecha, por donde había entrado como San Pedro por su casa -lo mismo ahí se entiende tanto perdón- lo pasaportó Hugo Duro al fondo de las mallas de Luis Maximiano. Y era el primer disparo entre los tres palos del cuadro valencianista. Un error que no tardó en aparecer para que el cien por cien de efectividad de los valencianistas lo demostrara un Yaremchuk que remató solo. Centelles no llegó a la marca, el emparedado que no hicieron ni Chumi ni Montes dejó al ucraniano sin sombra que evitara su certero remate. Y sin más, ni porque no lo hiciera el Valencia, ni porque lo intentara el Almería, la segunda parte fue la típica de un Almería impreciso ante un Valencia cómodo, a pesar del gol de Arribas y de que de penalti pudo poner más tierra, el Almería menos y el desacierto benefició al ganador, también algunas decisiones de este nuevo fútbol. Yaremchuk y Mosquera hicieron méritos para irse 'despedidos' antes de tiempo, también Édgar que marcó con una mano pegada que no podía meterse en ningún sitio para que fuese válido el empate… A perro flaco, todo son pulgas y las decisiones influyen, las que se toman sobre el partido y las que se toman en el partido. Al final, el Almería vive un 'déjà vu' constante con un idilio con la piedra que acabará en boda, pero sin fiesta.

El partido comenzó con el Valencia tratando de imponer su propuesta, sacando el balón rápido de su parcela para situarse en campo contrario, por lo que la situación de la UD Almería, en bloque medio-alto, incomodó al conjunto de Rubén Baraja, que no encontró cómo 'meterle mano' a los indálicos, con Édgar retrasando su posición cuando estuvo sin balón. Sin espacios, el Valencia no tuvo la ocasión cerca. El Almería sí que la tuvo, en el 9, en un robo de balón en el que condujo Sergio Arribas, vio a Leo Baptistao a su derecha y le puso el balón para que éste entrara en el área, se 'adueñara' de rivales para dejar solo a Gonzalo Melero ante Mamardashvili cuyo disparo lo mandó por encima del larguero con toda la portería para él.

Y las miserias del fútbol se escenificaron sólo un par de minutos después. Diego López, que había subido por la derecha una y otra vez, metió un centro al área al que no llegó Yaremchuk pero sí Hugo Duro, que estaba en el sitio para mandarla al fondo de las mallas de la meta defendida por Luis Maximiano para escenificar un partido con un Valencia en estado de euforia y un Almería lamentando el 0-1 que tuvo en la mano y que afectó más si cabe que lo que llegó después, que fue el segundo gol tras una acción de Pepelu por la izquierda con servicio para que Yaremchuk lo enviara al fondo de las mallas, sin que las marcas en defensa impidieran el remate.

Pasado ese trance, el Almería miró a la puerta valencianista y Leo Baptistao estuvo cerca de acortar diferencias. Un balón al área lo cazó el brasileño y cuando se disponía a disparar apareció Cenk Özcakar para mandarla a córner del que sale un segundo remate de Édgar González en el que no había fuera de juego, pero el rechace de Mamardashvili le dio de rebote al barcelonés en la mano, que ocupaba lugar natural, pero que visto en el VAR acabó siendo anulado, en el mismo momento en el que César Montes caía lesionado para dar entrada a Iddrisu Baba y que Édgar se retrasara a la posición de central.

De inicio, en la segunda parte, el Almería buscó la portería valencianista nada más saltar al terreno de juego con disparo de Dion Lopy, en el 47, que Mamardashvili despejó y Sergio Arribas no se anticipó para meter a la UDA en el partido. Sin embargo, un minuto después, la acción fue por la banda izquierda con pared que concluyó Álex Centelles con un centro al área que vio venir Sergio Arribas, aunque consciente de que o se jugaba la cabeza o no habría 'gloria', y el madrileño no dudó para tirarse y rematar de cabeza para acortar distancias, pese a que fue revisado en el VAR. En los goles del Almería siempre hay revisión.

El Valencia estaba 'roto' ante un Almería 'caliente' que quiso estar más presente en el partido. En el 50, la acción fue en un balón que apaciguó Largie Ramazani, encaró a Mamadarshvili para meterlo bajo el cuerpo en la salida del meta che, pero el toque suave le permitió a Mosquera llegar para salvar las tablas. No cedió terreno de juego el Almería, que se agarró a sus opciones de partido. En una acción infantil, Álex Centelles cometió penalti sobre Diego López, pero Pepelu mandó la pena máxima al palo derecho de la meta de Maximiano y el Almería montó una contra que acabó con balón de Choco Lozano, que había entrado por Baptistao, para Sergio Arribas y éste para Ramazani que cruzó el balón un palmo más de lo precisado y 'llorando' se marchó con el lamento.

El Almería merecía por insistencia el gol. Centelles, en el 67, estuvo a punto de poner las tablas, tras un buen recorte en el área que luego mandó a las manos de Mamardashvili, que respiró con alivio, en el 74, tras un disparo de Sergio Arribas que se fue por encima del larguero y el Valencia a 'verlas venir', no por disposición propia sino porque el Almería no se lo permitió, aunque acusó el desgaste y en el 80 era el Valencia el que se oxigenaba moviendo el balón, pero con cierta precipitación que le impidió manejar con solvencia esos minutos finales.

En esa fase, el Valencia pidió hasta dos penaltis que Muñiz Ortiz solucionó pitando una falta previa. El Almería lo intentó, presionó alto, pero no encontró el sitio para lograr al menos volver sin caer en Mestalla y que perdió la cabeza en los últimos minutos, con dos amarillas y una roja en el transcurso de dos minutos, justo antes de que Lopy, en el 95, buscara el 2-2 en un disparo desde fuera del área que no encontró portería, escapándose la opción de lograr un empate que hubiese sabido a derrota.