La UD Almería, el segundo líder de Segunda con menos puntos en tiempos de playoff

Tras 23 jornadas, el líder, la UD Almería, suma 43 puntos, un registro que lo posiciona como el segundo equipo con menos puntos liderando la tabla en este periodo. Sólo el Eibar en la 2022/23 y el Alavés en la 2015/16 comparten esta cifra, además de que el Dépor es el 'peor' con 39 en la 2013/14. Eso hace aún más peculiar esta edición es la mínima diferencia de puntos entre el líder y el séptimo clasificado: apenas seis. Este margen coloca a la temporada 2023/24 como la segunda más igualada en este tramo desde que se inició el actual sistema de competición.

Contexto histórico de la UDA

El equipo indálico ha vivido diferentes realidades a lo largo de los últimos años, con temporadas de altibajos y algunos hitos notables. Actualmente, el conjunto dirigido por Rubi ocupa el tercer lugar en la tabla histórica de puntuación del club tras 23 jornadas bajo el formato de playoffs. Su mejor registro se alcanzó en la campaña 2020/21, con José Gomes como técnico durante 38 jornadas y Rubi al mando los últimos seis partidos y la primera eliminatoria del playoff. La UDA sumó 46 puntos a estas alturas. Aquel año, el Almería se perfilaba como un serio aspirante al ascenso directo, aunque finalmente no logró el objetivo.

Por el contrario, las temporadas 2015/16, 2016/17 y 2017/18 representan los momentos más oscuros del equipo en este periodo, con 21, 24 y 26 puntos tras 23 jornadas, respectivamente. Estas cifras son un reflejo del contraste entre los tiempos difíciles y el progreso reciente. Sin embargo, aunque el presente torneo no ha sido el más destacado en cuanto a puntuación, la mínima diferencia con los equipos perseguidores pone de manifiesto la complejidad de este campeonato.

La igualdad, factor diferencial

El formato actual de la Segunda División ha demostrado que la paridad entre los equipos es clave para mantener la competitividad y el interés del torneo. En una Liga donde los márgenes son tan reducidos, un simple error o un partido decisivo pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. La distribución de puntos en la clasificación refuerza esta idea, ya que equipos con diferencias mínimas compiten por objetivos similares, ya sea el ascenso directo, el acceso al playoff o la permanencia en la categoría.

El caso de la UD Almería es paradigmático. Un equipo que comenzó la temporada de forma titubeante y que, de haber mostrado mayor solidez en las primeras jornadas, podría estar liderando con más holgura. Sin embargo, como ocurre en el fútbol, las especulaciones no cuentan y los resultados son lo único que importa. Por eso, afirmar que el equipo rojiblanco debería estar en una mejor posición es equivalente a decir que 'si a un perro le pones alas, sería un pájaro'. La realidad es la que marca la tabla y no los escenarios hipotéticos.

Comparativa

El campeonato más 'cómodo' de los últimos quince años fue, sin duda, el de la temporada 2012/13, cuando el Elche dominó con autoridad. A estas alturas, los ilicitanos acumulaban 53 puntos, con una ventaja de 17 sobre el séptimo clasificado, la UD Las Palmas, que sumaba 36. Este dominio contrastaba con otros torneos mucho más disputados, como el actual.

Otro ejemplo de superioridad destacada fue el Levante en la temporada 2016/17, que también alcanzó los 49 puntos tras 23 jornadas. En esa campaña, el equipo granota mantenía una ventaja de 17 puntos sobre el séptimo clasificado, el Lugo, que tenía solo 32. Esos registros, junto con los del Elche, representan la cara opuesta a la competitividad extrema de la edición 2023/24.

En la historia reciente del Almería, la temporada 2021/22 es un ejemplo de equilibrio entre buenos resultados y diferencia competitiva. En aquel entonces, el equipo sumaba 46 puntos y mantenía una brecha de 11 puntos con el séptimo clasificado, Las Palmas. Este dato contrasta con el presente, donde el Huesca ocupa esa posición con 37 puntos, lo que refleja el nivel más alto registrado por un séptimo en los últimos quince años.

Desafiando las expectativas

La Segunda División 2023/24 está marcando un hito en términos de igualdad y competitividad. Con un líder que acumula una puntuación baja en comparación con otras temporadas y una brecha mínima con el séptimo clasificado, el torneo está ofreciendo una narrativa cargada de emoción e incertidumbre. Este equilibrio no sólo pone a prueba las capacidades de los equipos, sino también las estrategias de los entrenadores, que deben adaptarse constantemente a un entorno donde los márgenes de error son ínfimos.

En cuanto a espectáculo, este torneo ha logrado mantener el interés de los aficionados jornada tras jornada. La lucha por los puestos clave –ya sea el ascenso directo o el acceso al playoff– está más abierta que nunca, lo que garantiza un desenlace apasionante en las últimas fechas. Sin embargo, este nivel de igualdad también plantea interrogantes sobre la calidad global del torneo, un aspecto para analizar en profundidad.

La temporada actual de Segunda División destaca como un ejemplo claro de cómo la igualdad competitiva puede convertirse en un motor de emoción y atractivo para los espectadores. Aunque los registros del líder no sean los más impresionantes en términos históricos, el contexto de un torneo tan disputado pone en valor cada punto y cada partido. Esta edición quedará en la memoria como una de las más emocionantes y desafiantes de los últimos tiempos.