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Gonzalo Melero cae derribado como el Almería, que no mereció caer, pero no le valió empatar. A. Lof
UD Almería

El Almería muere de pie, pero muere

Un gol de Cazorla –lo único potable del Real Oviedo– deja sin valor el gol de Gonzalo Melero en una primera parte de buen fútbol de los rojiblancos que se van del playoff

Juanjo Aguilera

Almería

Miércoles, 11 de junio 2025

El Almería firmó una primera parte impecable, con personalidad, orden y pegada. Supo manejar el ritmo del partido desde el inicio y encontró premio a ... su ambición con un penalti convertido con frialdad. El control, la actitud y la determinación auguraban una noche grande, pero el fútbol tiene sus propios planes y, a los tres minutos de la reanudación, Cazorla rompió el guion con un disparo ajustado que igualó el marcador.

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Real Oviedo:

Aarón Escandell; Nacho Vidal, David Costas, Dani Calvo, Abdel Rahim;Jaime Seoane (Santi Cazorla, m. 46), Kwasi Sibo, Santiago Colombatto (Francisco Portillo, m. 89), Haissen Hassan (Oier Luengo, m. 83);Ilyas Chaira (César de la Hoz, m. 83) y Alemao (Fede Viñas, m. 60).

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UD Almería:

Fernando Martínez;Arnau Puigmal (Alejandro Pozo, m. 709, Édgar González (Rachad Fettal, m.89), Chumi, Bruno Langa (Álex Centelles, m. 70); Kaiky Fernandes (Marezi, m. 74), Dion Lopy;Sergio Arribas, Gonzalo Melero, Nico Melamed (Leo Baptistao, m. 74), y Lázaro Vinicius.

  • Goles: 0-1, m. 23: Gonzalo Melero de penalti. 1-1, m. 48:Santi Cazorla.

  • Árbitro: González Esteban, vasco, asistido en la Sala VAR por el cántabro López Toca. Amonestó a Dani Calvo (m. 57) y a Abde Rahim (m. 74), del Real Oviedo, y a Lázaro Vinicius (m. 47) y a Alejandro Pozo (m. 95), de la UD Almería.

  • Incidencias: Partido de vuelta de la primera eliminatoria del playoff de ascenso a Primera División, celebrado en el Carlos Tartiere, con 25.000 espectadores.

Ese gol obligaba al Almería a marcar dos más para pasar y, aunque el golpe fue duro, el equipo no se rindió. Los de Rubi se lanzaron con todo, sosteniéndose en la fe y en la convicción de que aún era posible. No hubo bajón, ni descomposición, solo coraje y entrega.

El tramo final fue un asedio. Melamed se topó con el larguero en el 71 y Marezi, en el 85, acarició el gol con un disparo al poste que congeló el estadio. El equipo lo intentó hasta el último aliento, con el alma por delante, dejando una imagen digna pese al adiós. El sueño del ascenso se esfuma, pero la forma de caer deja en pie la esencia de un grupo que lo dio todo.

Monólogo sin gol

El Almería comenzó el encuentro con un planteamiento táctico distinto y varias modificaciones en el once inicial. Desde el principio, dominó la posesión ante un Real Oviedo que optó por replegarse y esperar atrás. Una destacada jugada por la banda izquierda terminó con un disparo de Dion Lopy desde la frontal que se fue alto, sin dirección a portería. El equipo rojiblanco presionaba arriba con intensidad, demostrando el compromiso de sus jugadores y una conducción precisa en el centro del campo. En el minuto 8, Nico Melamed probó suerte desde la izquierda con un disparo que Escandell logró desviar, impidiendo que Arnau Puigmal pudiera rematar en el rechace.

Cerca del primer cuarto de hora, el Real Oviedo logró tener más posesión, especialmente por las incursiones de Abde Rahim por la banda izquierda, aunque sin crear verdadero peligro para Fernando, que permaneció sereno bajo los palos. Mientras tanto, la UD Almería continuaba monopolizando el balón, esperando el momento adecuado para encontrar un resquicio en la defensa rival. Esa oportunidad llegó cuando un balón al área fue tocado hacia atrás por Melero. Nico Melamed disparó y, tras un rebote en Seoane, el árbitro señaló penalti. Gonzalo Melero, con sangre fría, no falló desde los once metros y puso el empate en la eliminatoria, dejando todo abierto para el resto del encuentro.

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Más metido en el partido

Tras el gol, el Almería se mostró más asentado y con mayor ambición ofensiva. En el minuto 33, Gonzalo Melero protagonizó un robo de balón que culminó con un potente disparo de Dion Lopy desde la frontal. El balón se estrelló en el poste contrario y Aarón Escandell tuvo que intervenir nuevamente, enviándolo a córner. La dupla formada por Melero y Melamed se convertía en un quebradero de cabeza para la defensa oviedista, que no encontraba la forma de contener sus movimientos y combinaciones en ataque.

El Real Oviedo, por su parte, intentó responder con llegadas tímidas al área rival, pero su falta de precisión en los últimos metros les pasó factura. En una jugada de transición rápida, Melero condujo el balón hasta la frontal y Lopy volvió a intentarlo, aunque Escandell, en una gran actuación, despejó nuevamente a saque de esquina.

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En esta primera mitad, los rojiblancos mostraron argumentos sólidos para creer en la remontada. Además, lograron algo que ningún equipo había conseguido desde que Veljko Paunovic asumió el mando del Real Oviedo: adelantarse en el marcador. Hasta ese momento, el conjunto carbayón no había ido perdiendo en ninguno de los once partidos dirigidos por el técnico serbio, lo que añadía un mérito especial a la actuación del Almería.

Viento en contra

El inicio de la segunda parte comenzó con cambios. El primero dio pie al segundo y fue para que el Real Oviedo empatara. Había entrado tras el descanso Santi Cazorla que se escapó en el 47 y Lázaro Vinicius le frenó en la frontal del área y la cogió para poner el balón a donde no pudo llegar Fernando Martínez para detener el lanzamiento de azulón.

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El Almería acusó el golpe, le costó volver a ser el de antes. Alemao, en el 50, lo intentó con un disparo que se lo quedó cómodamente Fernando Martínez. En el 60, tras el segundo cambio carbayón –entró Fede Viñas, que no fue con su selección por lesión, por Alemao–, el disparo de Haissen Hassam se fue por encima de la portería de Fernando.

Menos fresco

En la segunda mitad, el partido perdió intensidad y ritmo en comparación con los primeros 45 minutos. Aunque el Oviedo no fue superior, comenzó a ganar protagonismo con el balón, aprovechando la falta de claridad del Almería en su juego. Ante la obligación de tomar el control, Rubi reaccionó moviendo el banquillo, dando entrada a jugadores frescos como Álex Pozo y Centelles, con la intención de recuperar energía y dinamismo. Mientras tanto, el equipo de Veljko Paunovic buscaba mantener la posesión, ralentizando el juego para evitar que los rojiblancos explotaran su velocidad al contragolpe, algo que los almerienses lograban sólo de manera esporádica. En una de esas ocasiones, Nico Melamed envió un centro preciso al área en el minuto 71 que Aarón Escandell desvió apenas lo suficiente para que el balón impactara en el larguero antes de salir a córner, arrancando suspiros en las gradas.

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La insistencia de Rubi en darle un giro al partido llevó el encuentro a una fase de imprevisibilidad, casi como una ruleta rusa en la que cualquier error podía ser decisivo. En el minuto 78, Haissen Hassam estuvo cerca de marcar el segundo gol para los carbayones, justo después de que el técnico del Almería introdujera a Marko Marezi y Leo Baptistao en sustitución de Nico Melamed y Kaiky Fernandes. Sin embargo, el Real Oviedo, fiel a su estilo ordenado y disciplinado, no cedía terreno ni cometía errores significativos. Por su parte, el Almería, más lento en su circulación de balón y sin la frescura que había mostrado en la primera mitad, intentaba mantener su intensidad, aunque sin la claridad necesaria para romper el sólido planteamiento defensivo del equipo asturiano. No evitó, en el 85, el cabezazo de Marezi al palo, tras pase de Baptistao.

El tramo final fue de querer y no poder, de intentarlo una y mil veces, sin encontrar respuesta positiva a cada intento para lograr un empate que es un duro resultado a un equipo que cae siendo mejor que su rival.

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