El Almería entona el 'dame pan y dime tonto'
Un equipo indálico sin brillo aprovecha momentos clave para conseguir una victoria clara frente a un Eibar que no manejó las áreeas
El fútbol, a veces, es un juego de espejos, cada toque, cada pase, refleja más de lo que parece. En el UD Almería Stadium, la ... noche se abrió como un lienzo en blanco y los rojiblancos comenzaron a pintar con precisión. Desde el primer minuto, el balón parecía bailar entre las botas locales, esquivando sombras y adelantándose al destino, mientras el Eibar, con sus intentos aislados, trataba de desdibujar la obra. Pero cada anticipación era un hilo de tela invisible que atrapaba la intención visitante y pronto la pintura se transformó en gol, el primer aviso de que aquel cuadro ya tenía dueño.
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UD Almería:
Andrés Fernández; Daijiro Chirino, Nelson Monte, Federico Bonini, Álex Muñoz; Stefan Dzodic (Selvi Clua, m. 73), Dion Lopy (Gui Guedes, m. 60); Adrián Embarba (Marko Perovic, m. 73), Sergio Arribas, Nico Melamed (-Arnau Puigmal, m. 68), y Patrick Soko (Thalys, m. 68).
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SD Eibar:
Magunaoitia; Álvaro Rodríguez (Hugo García, m. 83), Marco Moreno, Anaitz Arbilla (Arambarri, m. 73), Leonardo Buta; Lander Olaetxea, Aleix Garrido; José Corpas (Magunazelaia, m. 63), Javi Martínez, Xeber Alkain (Toini Villa, m. 63), y Jon Bautista (Javi Martón.
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Goles: 1-0, m. 5: Sergio Arribas, de penalti. 2-0, m. 20:Álex Muñoz. 3-0, m. 45+3: Adrián Embarba. 3-1, m. 69: Arbilla.
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Árbitro: Lax Franco, murciano, auxiliado en el VAR por el madrileño Gálvez Rascón. Amonestó a Dion Lopy (m. 48) y Álex Muñoz (m. 71), de la UDA, y a José Corpas (m. 3), Olaetxea (m,. 32), Arbilla (m. 63), del Eibar.
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Incidencias: Partido de la duodécima jornada en Segunda A, Liga SmartBank, celebrado en el UDA Stadium, con 11.631 espectadores.
La segunda pincelada llegó como un trueno que no necesita advertencia, un cabezazo que dibujó el 2-0 y dejó al rival contemplando cómo se cerraban los pasillos. La UDA jugaba y dictaba la armonía del espacio, enseñando que controlar el juego es comprender el latido del partido, anticipar la respiración del adversario y convertir cada acción en un gesto de autoridad. El Eibar intentaba abrir grietas, buscar resquicios, pero los rojiblancos, con la calma de quien sabe que la ventaja está ganada, construían su fortaleza, mientras el estadio respiraba, consciente de que presenciar aquello era observar cómo la precisión y la ambición se encuentran y dan frutos.
Certero
Aunque el Eibar fue el que empezó atacando el área indálica, en el 5 nació una acción en la que ¡Soko buscó el remate, que le salió mordido, y Melamed peleó por un balón que se iba por la línea de fondo. Lo rescató y trató de sorprender a Magunagoitia casi desde la línea de cal. El meta armero despejó a córner y, a la salida, Álex Muñoz fue objeto de penalti por parte de Corpas. Sergio Arribas, desde los once metros, puso al Almería con ventaja en el minuto 5 de partido.
El Eibar, que al inicio generó peligro a balón parado, buscó sorprender con un disparo de Javi Martínez, en el 10, que se marchó por encima del larguero de la meta defendida por Andrés Fernández. El guardameta tuvo que intervenir de nuevo en el 17 para detener otro remate del mismo jugador. El balón se quedó 'muerto' y Chirino se anticipó con rapidez para despejar cuando Alkain ya se preparaba para embocarla. No lo hizo el Eibar, pero sí el Almería. En el 20, como en la acción del 1-0, el gol llegó a balón parado. Un saque de esquina botado por Melamed desde la derecha al corazón del área fue saludado por Álex Muñoz con un impecable cabezazo.
El control de las áreas
El equipo de Beñat San José lo intentaba, casi siempre por banda derecha, con el propósito de reaccionar lo antes posible y meterse en el partido. Sin embargo, en dos ocasiones, Andrés Fernández se quedó con el balón: primero tras un disparo de Jon Bautista y después ante una acción que llevaba la firma de Xeber Alkain, en el minuto 27, como si se hubiera disipado el efecto de la doble vacuna puesta por el equipo rojiblanco. Este no dejó de pelear por cada balón, anticipándose y buscando no pasar apuros. En el minuto 28, Patrick Soko remató fuera por muy poco tras una excelente acción de desmarque.
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El Eibar, que dominaba el balón y llegaba con frecuencia a las bandas, carecía de acierto en la finalización. El cuadro armero no estuvo fino en el manejo de las áreas, lo que sin duda le condujo a ir perdiendo en el UD Almería Stadium. El conjunto rojiblanco trabajaba con orden sin balón y, cuando lo tenía, se acercaba con síntomas de peligro. En el minuto 39, lo intentó Adrián Embarba con un centro con la izquierda que Jon Mikel Magunagoitia no logró atajar a la primera, dejando patente la sensación de peligro que generaba cada acercamiento local.
Matar
El Eibar perdía fuelle, no corregía sus defectos y cada vez le costaba más controlar la posesión. El Almería, como un león agazapado para cazar a su presa, no dudó en hacerlo en cuanto tuvo la oportunidad. Antes, en el 45, cuando se anunciaban los tres minutos de descuento, la escenificación del fútbol a la contra que ejecuta el equipo indálico estuvo a punto de dar un excelente rédito. Condujo el balón Patrick Soko y el remate posterior de Sergio Arribas no encontró la dirección deseada.
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El que sí encontró esa dirección fue el balón en largo de Stefan Dzodic, el jugador que equilibra cuando el equipo no tiene el balón y desequilibra cuando lo posee. Era el minuto 48 y la jugada del serbio hacia Adrián Embarba se resolvió con la anticipación del madrileño, que superó a Jon Mikel Magunagoitia y puso el partido muy a favor de los indálicos, que habían sabido interpretar cada momento del juego con precisión y eficacia.
Menos balón
La segunda parte comenzó con la sensación de que el encuentro estaba decidido. El marcador, amplio y contundente al descanso, había dejado sin margen a las dudas. La UD Almería, que había sido dueña y señora del juego en la primera mitad, ya no necesitaba tener la pelota para controlar el partido. Su dominio se reflejaba en la comodidad con la que gestionaba los tiempos, cediendo la posesión sin perder la compostura. El Eibar, por su parte, no encontraba la manera de hacer daño ni de alterar el guion que los rojiblancos habían impuesto desde el inicio.
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Apenas habían transcurrido cinco minutos de la reanudación cuando, tras una pérdida de Lopy en el centro del campo, el conjunto armero forzó un saque de esquina, un intento aislado de cambiar el rumbo del encuentro. Sin embargo, la realidad mostraba otra historia: el Almería seguía atacando con criterio y peligro cada vez que se lo proponía. En el minuto 59, Adrián Embarba probó fortuna desde la frontal del área con un disparo potente que obligó a Magunagoitia a intervenir para mandar el balón a córner. El guardameta del Eibar, una de las pocas notas positivas de los visitantes, evitó que la goleada fuera aún mayor en ese tramo del encuentro.
Querer
El criterio rojiblanco no se desdibujó pese a la ventaja. El equipo mantuvo la intensidad, el orden y la ambición, queriendo más incluso cuando el partido parecía cerrado. En el minuto 62, Nico Melamed protagonizó una jugada de enorme calidad individual: avanzó con determinación, levantó la cabeza y, al ver adelantado al portero, se atrevió con un disparo desde lejos que bajó tarde, rozando el travesaño. Fue una acción que levantó los aplausos del público del UD Almería Stadium, que reconoció en ella el instinto y la confianza del jugador barcelonés.
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La insistencia local continuó. Toni Villa, recién ingresado al terreno de juego en el minuto 63, aportó frescura por la banda y generó una buena acción ofensiva que acabó nuevamente en saque de esquina. En esa jugada, cuando parecía que el Almería tenía todo bajo control, el Eibar encontró oxígeno. A la salida del córner, Arbilla aprovechó un balón suelto en el área para enganchar un disparo potente que terminó en el fondo de la red, recortando distancias y reanimando, aunque fuera brevemente, a su equipo.
Dormido
A partir de ese momento, el cuadro rojiblanco pareció desconectarse. La energía y la claridad con las que había dominado hasta entonces se desvanecieron, como si el equipo hubiera caído en una especie de letargo. El ritmo bajó y el Eibar, sin nada que perder, empezó a encontrar espacios y a acercarse con más frecuencia al área de Andrés Fernández. El Almería, que hasta entonces había sido sólido y contundente, se mostró algo más impreciso y descoordinado, llegando tarde a las coberturas y concediendo metros a su rival.
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En el 79, Alkain probó suerte con un disparo desde la frontal que se marchó rozando el palo, avisando de que el conjunto armero aún no se daba por vencido. Esa acción fue el preludio de unos minutos de cierta incertidumbre, en los que el equipo de Beñat San José encontró pasillos interiores y líneas de pase que antes no existían. El Almería, más replegado y menos agresivo, parecía haber perdido el hilo del partido.
La ocasión más clara para el Eibar llegó en el minuto 81. Un pase filtrado entre líneas dejó solo a Javi Martón frente a Andrés Fernández. El delantero intentó definir con una vaselina, pero el toque fue demasiado alto y el balón se marchó por encima del larguero, dejando escapar una oportunidad clarísima para apretar el marcador. El banquillo visitante lamentó el fallo, mientras el estadio respiraba aliviado. Fue una acción que sirvió como advertencia y que recordó a los rojiblancos que el encuentro, por cómodo que pareciera, todavía no estaba completamente cerrado.
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Desde entonces, el Almería trató de recuperar la concentración y retomar el control del balón, buscando enfriar el juego y volver a imponer su ritmo. El tramo final se jugó más en el terreno armero, con los rojiblancos recuperando sensaciones y asegurando una victoria que, aunque nunca peligró del todo, les dejó la lección de que en esta categoría no se puede bajar la guardia ni un segundo.
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