El Almería debe aprender a ganar
Los rojiblancos, con José Gomes en el banquillo, han perdido cinco de los seis compromisos con una imagen 'indeseable' en la mayoría de ellos
Han pasado seis partidos;en meses han sido casi tres, 82 días desde que José Gomes tomara el mando de la UD Almería, allá por ... el mes de julio. Cifras. Pero más allá de eso, lo que se refiere a imagen no parece haber cambiado con, incluso, una pretemporada por medio. El técnico portugués llegó a la entidad indálica para poner fin a un curso competitivo que empezó ilusionante y que casi terminó aborrecido por lo que supuso ver escapar un objetivo, planteado cuando las cosas iban bien y que fue convirtiéndose en una herida como consecuencia de decisiones adoptadas que vieron cómo, tras el primer entrenador que no llegó a debutar –Óscar Fernández–, hasta cuatro entrenadores más llegaron para sanar lo que era, a todas luces, un mal profundo e incurable.
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José Gomes fue el último de aquella larga lista. Sin embargo, nada cambió. El equipo caminó por la misma senda en los dos partidos en los que el que fuese técnico del Marítimo de Funchal no logró enderezar el rumbo perdido de antemano. Han pasado tres meses desde su debut, que no dejó buenas sensaciones, viciado por aquel primer partido disputado frente al Girona, en el playoff de ascenso a Primera División, en el que el sistema 'reservón', casi planteado para ir a empatar –y ya se sabe lo que pasa cuando un equipo sale a buscar las tablas–, 'mediatizó' la eliminatoria. En Almería, obligado por el 1-0 del partido de ida disputado en Montilivi, cayó en la trampa y volvió a firmar el acta de su segunda derrota (1-2), con el sambenito colgado, unos días antes de aquel fatídico partido, de ser un técnico ultradefensivo. Como se recordará, en la cita en Girona, el cuadro almeriense saltó a campo con tres centrales y dos carrileros, lo que supuso 'defenderse', pero tener pocos recursos en acciones de ataque.
Lógico
La situación era hasta lógica. Aquel no era su proyecto. Su llegada fue casi una 'huida hacia delante' para cerrar la temporada. Si sonaba la flauta y era con un ascenso mejor que mejor. Llegó tras acabar la competición el sábado anterior, con su equipo en la undécima posición de la Liga Nos portuguesa. Lo hizo con un empate frente al Famalicão de Álex Centelles (3-3), que de haber ganado hubiera accedido a la previa de la Europa League.
Su proyecto es este, el de un equipo 'hecho' bajo su nueva filosofía del fútbol que comenzó en Lugo borrando las malas sensaciones de aquel final de la temporada 2019/20. Pronto, en cierto modo, porque de los que jugaron el último partido en la concentración en Marbella, frente a la Balompédica Linense, siete ya no están en la disciplina –Romera, Aguza, Jonathan Silva, Juan Ibiza y los jugadores del filial Fermín, Dani Albiar y Javi Robles–, de los que jugaron el sábado, participaron Fernando, Iván Balliu, Nikola Maras, Radosav Petrovic, Samú Costa, José Corpas, Fran Villalba, Juan Villar y Ager Aketxe. Además, estuvieron en convocatoria Georgi Makaridze, Chumi, Mathieu Peybernes, Largie Ramazani y Aitor Buñuel.
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Después fueron llegaron el resto de jugadores para formar un equipo en el que hasta ocho de los 23 que el sábado entraron en convocatoria no hicieron pretemporada en Marbella y algunos fueron llegando al equipo rojiblanco en la última semana.
El beneficio de la duda se le atribuye al rendimiento 'regular'. La irregularidad puede que sea aquella primera cita en el Anxo Carro, porque se sale de la 'línea' de comportamiento experimentada en el resto de partidos. Por sensaciones, incluso se unen a los inicios del técnico de Matosinhos en la entidad indálica porque de sus seis compromisos defendiendo los colores de la UD Almería esa 'regularidad' exhibida sobre todo en los dos últimos partidos supone un preocupante rendimiento que complica las aspiraciones por más que aún queden 38 jornadas por delante.
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Similitudes
Lo que sí es idéntico es lo que queda de los dos últimos compromisos disputados. Tanto en Las Gaunas, hace dos jornadas, como en el Estadio de Gran Canaria, el pasado sábado, existe una línea similar en cuanto a rendimiento. En los dos, el equipo se fue del partido después de unos diez minutos iniciales tirado arriba. La primera ocasión del Logroñés, entonces, que acabó en gol anulado y el gol válido de Sergio Araujo, el sábado, marcaron un antes y un después en la imagen del equipo.
Centro del campo perdido, en número y en concepto, escasa verticalidad, pobre llegada, nula participación de los bandas y equipo roto con el paso de los minutos resumen los 'merecimientos' que conducen a las dos derrotas, las cuarta y quinta de la historia de José Gomes como técnico indálico.
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Se quiere pensar que es fruto de esa falta de cohesión, por falta de tiempo y ensamblaje, de un equipo al que, de nuevo y puede que como en la segunda parte de la pasada temporada, parece pesarle la responsabilidad de tener que ganar. Es el segundo equipo con más alto valor de mercado de la categoría, una catalogación que al primero no parece pesarle. De todas formas, como pasó antes de viajar a Las Palmas, la cura consiste en ganar, puede que incluso por encima de lograrlo con buena imagen. Nadie se acordará de cómo se haga, sí de familiarizarse con los resultados positivos, que son los frutos propios de quien pretende cumplir con objetivos que no son ni mucho menos osados si se tiene en cuenta el gasto realizado con la intención de que no se escape la citada meta competitiva.
Dos jornadas claves
Con ese escaso margen de quien ha perdido sus últimos tres partidos, además sin ver portería, como casi pasó en los dos primeros de la era José Gomes –marcó uno en el partido de vuelta del playoff que no sirvió para nada–, los partidos fijados para su pronta disputa son de vital importancia. De este modo, el equipo indálico tiene dos citas en cuatro días, en las que se enfrentará a Cartagena y Fuenlabrada en casa.
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Primero será con el conjunto aurinegro, que llegará a Almería el próximo miércoles a las 21.30 horas, después de empatar el sábado precisamente frente al Fuenlabrada. Los de Borja Jiménez serán un rival difícil que no ha ganado hasta la cuarta jornada, pero que no ha perdido en cuatro de sus primeras seis citas, en las que ganó a Lugo (2-1) y Ponferradina (0-2), empató en Oviedo (0-0) y con el Fuenlabrada (1-1). Las derrotas llegaron ante aspirantes al ascenso como Sporting (0-1) y Leganés (3-1).
El sábado, desde las 20.30 horas, llega al Estadio de los Juegos Mediterráneos un Fuenlabrada que está invicto, tras ganar a Lugo (2-0), Albacete (1-0) y Girona (0-1) y habiendo empatado con Las Palmas (3-3), Castellón (1-1) y el referido duelo del pasado sábado frente al Cartagena (1-1) y con ese estilo propio de los equipos de José Ramón Sandoval, que seguramente pondrán las cosas complicadas. Además, el miércoles tiene cita en casa ante el Logroñés, propicia para sumar. Aunque los riojanos ya enseñaron de lo que son capaces con la UDA.
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