Darwin Núñez encara a Juanpe tras desbordar a Ramalho; poco pudo hacer más en Montilivi. Agencia Lof
UD Almería

El Almería tiene un debate entre el tiempo y los argumentos

Obligados ·

Existe la certeza de que de lo primero quedan 90 minutos, pero de lo segundo surgen dudas tras el partido en Montilivi

Juanjo Aguilera

Almería

Viernes, 14 de agosto 2020, 23:11

Para la solución de cualquier problema siempre se ha considerado el tiempo como el mejor aliado, el tiempo y también la paciencia. Lo que sucede ... es que cuando se trata de fútbol, donde las prisas se acrecientan conforme avanzan las fechas hacia la proximidad de los objetivos, la obligación habla de medidas y, sobre todo, de argumentos con los que 'erradicar' esa situación adversa. La derrota del pasado jueves en Montilivi, en el partido de ida de la eliminatoria de semifinales del playoff de ascenso a Primera División, es subsanable pues queda por disputarse, cuando menos, el mismo tiempo que se ha jugado, que sin duda alguna es suficiente para revertir la situación. Lo que sucede es que los argumentos expuestos frente al cuadro gerundense no son válidos, en todo caso son considerados insuficientes, para que el objetivo de estar en la final del playoff de ascenso a Primera División sea real.

Publicidad

Es la consecuencia de una máxima en el fútbol que habla que quien busca un empate acaba lamentándolo. La UDA, pese a que el discurso expuesto por sus jugadores y técnico a la conclusión del partido del jueves frente al Girona coincide en la seguridad de cumplir el objetivo –el de estar el jueves próximo jugando y no de vacaciones–, deberá cambiar mucho en su propuesta, la futbolística, pero también en su puesta en escena, aspecto este que no dio para tan siquiera lograr un empate que no hubiese sido un mal resultado. El 1-0 en contra tampoco lo es por la referida magnitud física con que se mide la duración o separación de acontecimientos, pero ya se sabe que si bien el tiempo es el más valioso de nuestros recursos, también es el más perecedero.

En hora y media

Decir que es recomendable aprovechar los 90 minutos para ganar el partido no es exacto porque no es que sea recomendable, sino que es obligatorio. Los 90 minutos del partido desarrollado en Montilivi deben salir a examen para, en poco más de las 24 horas que quedan para la disputa del partido de vuelta, vuelva la 'sensatez' a un equipo que a lo largo de la competición ha dado muestras de tenerla. Lo ha hecho antes y después del confinamiento, en este último espacio de tiempo con menos asiduidad que anteriormente, pero un equipo capaz de comportarse como lo hizo en La Romareda tiene motivos para creer. Sin embargo, da la sensación de que la presión por ascender supone como un paracaídas abierto con el viento en contra, que no deja al conjunto rojiblanco 'soltarse' para recorrer el camino correcto.

En Montilivi faltó 'sangre'. Esto no significa carencia de competitividad, pero aún habiéndola la estabilidad obligada para exponerla durante todo el tiempo que duró el envite no existió. Irregularidad y falta de actitud para haber hecho algo más ante un rival que salió al campo con la 'calculadora', consciente que a poco que hiciera las cosas bien conseguiría su objetivo. Más 'cuajado' en defensa e intenso en todas las facetas, el cuadro gerundense fue ahí precisamente donde ganó la batalla porque el Almería fue un equipo sin recursos suficientes para rebatir la exposición de motivos a los que se agarró el equipo de Francisco. Este logra que el 50% de posibilidad de pasar que se le daban a los dos equipos antes de empezar el partido hayan deparado un reparto menos equitativo en las opciones de enfrentarse al ganador de la otra eliminatoria, que tiene más cerca de conquistar el Real Zaragoza por su empate sin goles en el Martínez Valero.

Publicidad

Las consecuencias

Todo es consecuencia del planteamiento. Como queda dicho, es difícil cambiar el chip de la obligación cuando el trabajo se enfoca a no encajar. El Almería, con cinco defensas y dos pivotes con vocación defensiva por delante, se quedó sin recursos cuando en el minuto 54 marcó Cristhian Stuani, echando por tierra todo lo bueno que el equipo había conseguido defensivamente hasta entonces, porque ahí sí es cierto que el cuadro indálico apenas tuvo motivos para jugar con la 'pastillita' bajo la lengua.

Pero los partidos duran 90 minutos, que aunque sea la cifra oficial siempre requieren de más tiempo en el que competir. Y ahí, precisamente en eso, al Almería le faltó 'medida' para volver a 'engancharse' al duelo porque, tras haber gozado de ocasiones para haberse adelantado, tras el gol no supo manejar el 'otro fútbol', el planteado por un Girona que hizo lo correcto, concediendo sin conceder, manteniéndose equilibrado hasta el punto de, incluso, haber tenido ocasiones para hacer más daño a un Almería que jugó entonces 'partido' y dejando espacios que pudieron ser intento de morir matando, pero con más posibilidades de cosechar lo primero que de conquistar lo segundo.

Publicidad

Mañana, en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, no hay 'dualidad', es morir o matar. Las dos cosas ya son imposibles. Si se muere, eso sí, que sea con una propuesta más acorde con lo que hay en juego y si se mata el camino no puede ser diferente porque estar en Primera requiere de ser valientes y que esa valentía necesita del esfuerzo de todos, de los que 'no tuvieron sangre' el jueves y de los que demostraron seguir siendo fieles defensores de un equipo cuyo lema habla de no rendirse nunca. El momento para demostrarlo es ahora. Ya no vale echar la vista atrás, sólo mirar al frente y hacer las cosas con un criterio futbolístico diferente.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad