El fútbol, como la vida, está llena de lecturas. El Almería sonríe ahora. Carlos Barba/A. Lof
UD Almería

La tranquilidad y el éxito

Repóquer ·

«Si antes del partido frente al Valencia las lecturas podrían hablar de puestos de descenso o de una racha de cuatro partidos sin ganar, ahora dirán que el Almería está invicto por tres jornadas o que ha alcanzado la cifra de 30 puntos fuera de los puestos de descenso»

Alejandro Asensio

Almería

Lunes, 10 de abril 2023, 23:40

El fútbol, la vida en general, es una permanente lectura. Una novela que experimentamos en nuestras carnes o que analizamos en las de otros. Siempre ... saltan las voces como metralletas de tópicos en el momento indicado. «El libro del buen cuñado» podría ser un título apropiado. Si antes del partido frente al Valencia las lecturas podrían hablar de puestos de descenso o de una racha de cuatro partidos sin ganar, ahora dirán que el Almería está invicto por tres jornadas o que ha alcanzado la cifra de 30 puntos fuera de los puestos de descenso. Lecturas.

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Siempre me posicioné del lado de la estabilidad, de la tranquilidad. Y no por un apoyo incondicional a Rubi; todo tiene condiciones, sino porque creo que, en momentos difíciles, siempre que el liderazgo interno se mantenga, hace falta generar un clima de paz que permita a los profesionales actuar sin miedo. La famosa ansiedad, tan presente en los análisis y tan visible en la práctica.

Esa ansiedad de la que hablo se respiró en un Valencia que, aun siendo mejor en todas y cada una de las líneas que el Almería, parecía un equipo pequeño abocado al fracaso. El miedo a caer. La desconexión con el contexto. Los jugadores eso lo saben. Son capaces de oler el pánico en el rival. De ahí que, tras el genial gol de Gonzalo Melero con definición de súper clase y jugada de toma y vete bien elaborada junto a Chumi y Samù Costa, Arnau Puigmal, renacido combatiente en banda derecha, azuzara alzando los brazos con energía a una grada cada vez más de Primera División en busca del segundo en ese momento en el que el Almería viajaba en la cresta de la ola. Y llegó.

Es el deporte, el fútbol. Una lectura permanente. Analizar y actuar. Nada es matemático. En una guerra duradera como una competición de liga suele ganar el mejor, pero en cada una de las batallas que se lidian, la suerte, esa balanza que a veces se inclina hacia tu lado y otras muchas no, juega un papel fundamental. Los rojiblancos tuvieron la fortuna de que las suyas sí quisieron entrar y las rivales, excepto en una ocasión, se quedaron con las ganas. Fútbol.

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Se avecina, como era de esperar, una rampa de órdago en este final de temporada. Ogros visibles en el horizonte y otros agazapados que esperan sin ser vistos. Cabe pensar que 12 puntos más sería una cifra válida para hablar de permanencia. Llegar a 42, en esta temporada en la que el que no corre vuela, podría ser suficiente. Por eso, pase lo que pase en Madrid, con tres encuentros entre la capital y su área metropolitana durante el mes de abril, o frente al Athletic en Almería, hay que seguir teniendo claro algo: la tranquilidad es el mejor aliado para el éxito, porque, parafraseando a Ovidio, que ya sabía esto décadas antes de nuestra era, «El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas».

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