El general Ballesteros: «Las nuevas tecnologías nos han hecho más vulnerables frente a la mentira»

Éstas, las campañas de desinformación, son, bajo su punto de vista, uno de los objetivos fundamentales de las instituciones que, dentro de los Estados, velan por la seguridad. «Afectan a los cimientos de la democracia», aseguró Ballesteros, quien ha recalcado que la «postverdad es una de las grandes amenazas de la libertad que es empleada, incluso, por determinadas potencias contra algunos países como elemento de polarización política entre los ciudadanos». Según Jose María Ballesteros, «las nuevas tecnologías nos han hecho más vulnerables frente a la mentira»

«Las redes -ha afirmado- son un gran avance porque sonn un altavoz para las personas, pero tienen riesgos». Y en este contexto hay que enmarcar las directrices de la UE de 2018 para que los países adapten sus procedimientos de actuación a los riesgos que provienen del ciberespacio y elaboren estrategias contra la desinformación, «que nos hace más vulnerables». En este sentido, también apeló a la responsabilidad de plataformas como Twitter, Facebook o Instragram en la lucha contras las 'fake news', que poco a poco están incorporando sistemas y protocolos que advierten a los usuarios respecto a la veracidad de los mensajes. Y también a los medios de comunicación, en referencia a la necesidad de contrastar toda la información antes de publicarla.

Ballesteros reflexionó sobre cómo el mundo globalizado ha incrementado la velocidad de los cambios sociales, pero «también ha generado riesgos poliédricos que son difíciles de detectar y de prever». «Las crisis son cada vez más frecuentes y de naturaleza distinta, y los problemas no se resuelven con las soluciones del pasado», ha comentado Ballesteros. Coyunturas complicadas alimentadas en ocasiones por los intereses espurios. Y reconoció que se hacen necesarias herramientas y aplicaciones que antepongan la seguridad. Y aportó una cifra de enorme relevancia: el 50 por ciento de la población mundial está conectada y, en consecuencia, es objetivo potencial de la desinformación.

Y es que sólo el año pasado el Instituto de Ciberseguridad Nacional detectó 106.000 ataques maliciosos, mientras que el Centro Criptológico Nacional contabilizó casi 43.000. De todos ellos 3.600 fueron altamente peligrosos y 37 críticos.