Los riesgos del uso prolongado de sandalias en el verano. Javier Martín

Podólogos avisan del abuso de chanclas durante el verano

Pese a ser un tipo de calzado cómodo y fresco ideal para el verano, la mayoría de diseños de sandalias carecen de buena sujeción y diseño anatómico

Daniela Londoño

Domingo, 13 de agosto 2023, 09:28

El calor que impera en verano obliga a cambiar sí o sí la vestimente que solemos emplear durante el resto del año. En este sentido, ... no cabe duda que las sandalias son uno de los tipos de calzados que más combina con el calor. Su diseño extra descubierto favorece la ventilación del pie, evitando el exceso de sudor o una sensación térmica mayor. No obstante, su uso prolongado, sobre todo en modelos que carecen de un diseño adecuado en términos de soporte y sujeción. Pueden afectar no sólo la salud y forma del pie, sino también incidir en otras partes del cuerpo y generar algunas anomalías articulares.

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De acuerdo con Antonio Viana, podólogo y miembro del Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana. En su mayoría, las sandalias son un tipo de calzado con poca sujeción, con dos tiras en el antepie. Esta forma genera en el resto del pie una cierta inestabilidad biomecánica que puede terminar afectando su forma y bienestar. Por ejemplo, puede incidir en la aparición de los dedos en garra. La razón es que, «al caminar se produce una contracción involuntaria de diferentes grupos musculares con la finalidad de sujetar el calzado y no perderlo cada vez que damos un paso».

Al mismo tiempo, se pueden presentar riesgos de sobrecargas, dolor en la zona metatarsal, tendinopatías de la musculatura extensora, esguinces, facitis plantar entre otras. Por su parte, de acuerdo con Inmaculada Castillo Lozano, farmacéutica del área técnico-profesional. Las sandalias son un excelente complemento para usar en las zonas húmedas como piscinas y evitar el contagio de infecciones cutáneas. No obstante, en términos del uso prolongado no vienen tan bien. Caminar todo el día con ellas genera «un sobresfuerzo con la articulación del tobillo, lo cual puede producir malestar o incomodidad e, igualmente, inestabilidad del tobillo».

Esto sucede sobre todo con el calzado excesivamente plano, que puede terminar afectando el resto del aparato locomotor. A su vez afectando las rodillas, cadera y espalda, así como dolor muscular en el gemelo, talalgia y aplanamiento del arco longitudinal. Para evitar todas estas molestias, según Viana, se debe estar atento al diseño de la sandalia. Igualmente, procurar elegir aquellas que cuenten siempre con una sujeción al nivel del talón o tobillo. De este modo el antepie podrá trabajar sin forzar ningún grupo muscular. A su vez, se debe evaluar que la suela cuente con cierto grosor, al menos entre dos y cuatro centímetros. Así se asegura que la planta del pie esté totalmente protegida y cómoda a cada paso.

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