EFE

Una lucha interminable contra el abandono temprano en la escuela en Andalucía

La enseñanza ha recortado su secular retraso, pero aún tiene mucho que mejorar

Jueves, 29 de noviembre 2018, 01:24

Lo que sabe un niño de diez años en Andalucía es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León», sentenció no hace ... mucho Isabel García Tejerina, exministra de Agricultura del Gobierno de Mariano Rajoy. Luego quiso matizar sus palabras, pero ya se había armado la marimorena. De manera poco afortunada y sin atinar en la edad, García Tejerina había querido aludir a un hecho incontestable. En la última evaluación PISA los estudiantes andaluces de 15 años quedaron situados muy por debajo de la media nacional e internacional en las tres categorías evaluadas. En ciencias fueron los últimos y en matemáticas y lectura los penúltimos.

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Estos resultados parecen dar la razón a quienes dan por hecho que Andalucía no es una lumbrera en cuestión educativa. Y es cierto que algunos indicadores apuntan en esa dirección, sobre todo el del abandono escolar, un desdoro que el sistema de enseñanza de esta comunidad no logra quitarse de encima. Aunque poco a poco va descendiendo, la tasa de jóvenes que dejan sus estudios antes de tiempo es del 23,5% frente al 18,3% de media en España y el 10,6% en Europa.

Esta es una parte del contexto, pero no toda. El sistema educativo andaluz ha avanzado en los últimos cuarenta años a pasos de gigante, lo que le ha permitido salir del pozo del subdesarrollado escolar. A finales de los años setenta los colegios de la comunidad se hallaban en un estado lamentable de infraestructuras y recursos, las tasas de escolarización eran muy bajas y el analfabetismo de la población mayor de 16 años se situaba en un 15,4%, un porcentaje que en 2013 había bajado al 3,4%.

«Fuera de Andalucía es muy habitual pensar que aquí la enseñanza atraviesa por una crisis profundísima, pero la realidad es otra. Hace varias décadas el sistema era un desastre, pero ahora está mucho mejor», asegura Iván Rodríguez, sociólogo experto en educación de la Universidad de Huelva. El nivel del que se partía era mucho más bajo que el de otras comunidades y este es un lastre del que es muy complicado liberarse.

«Hay que tener en cuenta de dónde venimos y a dónde vamos», afirma Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación, autora del informe 'Chequeo al sistema educativo en España y Andalucía', encargado por la Asociación de Empresarios del Sur de España. «Es la comunidad autónoma con más alumnos y tiene un índice socioeconómico bajo; todo este contexto no se puede cambiar rápidamente», razona Sancho.

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Iván Rodríguez rechaza ofrecer «una imagen ultra negativa» de la enseñanza en Andalucía. «Muchos centros públicos funcionan excelentemente y en lugares como Huelva hay varios que están por encima de los privados en las preferencias de los padres», recalca. Pero ello no le impide ser crítico con la existencia de «grietas» en el sistema, entre ellas el abandono escolar.

Fatalismo

«Hay que unirlo a la tasa de desempleo. ¿Cómo convencer a los jóvenes de que inviertan años en educación si al salir no encuentran trabajo?», se pregunta Iván Rodríguez. Miguel Ángel Sancho achaca el abandono a «un contexto de poca motivación social y familiar». Para Rodríguez «muchas familias no creen que la educación sea un elemento de futuro, hay en ellas una sensación de fatalismo que se arrastra desde hace décadas».

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Los recortes provocados por la crisis económica no han ayudado a remediar la situación. El gasto por alumno en la comunidad andaluza es uno de los más bajos de España, lo que se refleja, dice Iván Rodríguez, en unas plantillas «llenas de profesores eventuales». A pesar de ello, estos profesionales «preparados y vocacionales» son uno de los pilares de un sistema «sólido» pese a sus defectos.

El sociólogo cree que la principal «grieta» que hay que taponar en la educación en Andalucía es «la inclusividad». «Hay jóvenes que van a estar escolarizados hasta los 16 años y piensan que no están en su sitio. La Junta debería hacer algo para convencerles de que se queden y ayudar a sus familias a vencer el fatalismo».

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Miguel Ángel Sancho es moderadamente optimista «Hay gente que se está esforzando, se ha ido mejorando aunque los indicadores aún están bajos». Como dato para la esperanza recuerda que «la escolarización infantil está por encima de Europa». Es una buena noticia. Solo hace falta que nadie salte del barco antes de tiempo.

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