Las dos nuevas pruebas de la ITV que pueden provocar suspenso en la revisión

En concreto, va a incidir en las emisiones contaminantes y en los sistemas de seguridad a bordo. El puerto OBD (On Board Diagnostic), incorporado por todos los coches gasolina desde el año 2000 y los diésel desde el 2003, es una conexión electrónica mediante la cual, se accede a toda la electrónica y el funcionamiento interno del coche.

En un principio era empleado por los talleres en los mantenimientos y averías, pero desde mayo 2018 es obkligatoria en las ITV. Por ahora se han estudiado parámetros muy básicos del coche para detectar una posible modificación de la centralita o el kilometraje.

A partir de mayo de 2023 las ITV avanzarán en este sentido y analizarán los datos de consumos y emisiones de CO2 allí guardados, de manera que analizarán datos que podrían revelar conducciones deportivas o manipulaciones sobre la electrónica del vehículo. Tanto es así que la máquina valorará que la memoria de almacenaje de datos no haya sido formateado recientemente para dar su conformidad.

Asimismo, se almacenará información sobre el código del vehículo, las emisiones medias, la distancia recorrida y el kilometraje y el consumo energético del mismo.

A esto se añade que, de acuerdo con el dictamen de la Comisión Europea, en junio de 2026 las ITV pasarán a revisar el funcionamiento de los sistemas ADAS. Se trara de una serie de asistentes electrónicos a la conducción cuya obligatoriedad entra en vigor en julio de este mismo año. Estos sistemas basan su funcionamiento en un conjunto de cámaras, sensores y radares distribuidos por la carrocería que monitorizan nuestro entorno miles de veces por segundo.

Destacan el sistema de frenada automática de emergencia ante una colisión o un atropello, el mantenimiento de carril, la detección de un obstáculo al dar marcha atrás, detector de fatiga en el conductor, el avisador de cinturón detrás y el control de ángulo muerto.