La admirable historia de esfuerzo del atleta que buscaba fondos para investigar el cáncer
Terry Fox, que sufrió una aputación de pierna por culpa de un osteosarcoma, hacía una maratón cada día para cruzar toda Canadá
ideal.es
Miércoles, 29 de junio 2016, 10:15
Este pasado martes se cumplieron 35 años de la muerte de Terrance Stanley. Terry Fox, como se le conocía, era un atleta y activista más ... famoso de Canadá en el entorno de la investigación humanitaria para el cáncer. Sirvió como inspiración para recaudar fondos para la ciencia. Entre sus iniciativas destacó el momento en que decidió dar el salto al atletismo justo después de que la enfermedad le hiciera perder la pierna donde le fue diagnosticado un osteosarcoma con 19 años.
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Según narró en Twitter con motivo del aniversario el periodista Thiago Ferrer Morini, @tferrerm, tras proclamarse tres veces campeón canadiense de baloncesto en silla de ruedas, quería que la investigación contra el cáncer gozase de una mayor inversión. Por ello se lanzó a correr la maratón que cruzaba el ancho de Canadá, desde Terranova hasta la Columbia Británica.
El joven recorría unos cuarenta kilómetros diarios con su pierna artificial. En su llegada a Montreal había recaudado unos 200.000 dólares canadienses y su historia iba gozando de mayor repercusión con cada paso que daba. Tal fue así que el fundador y dueño de la cadena hostelera Four Season, Isador Sharp, decidió donar dos dólares por cada milla que recorriese el joven. También convenció a un millar de empresas a que hiciesen lo propio. Y es que el hijo de Sharp había fallecido de melanoma en 1978.
Mientras, Terry seguía su camino. Llegó a Ottawa donde le recibió el propio primer ministro de Canadá. El 1 de septiembre de 1980, en las afueras de Thunder Bay, sus pulmones dijeron basta. Padeció un ataque de tos que no remitía. Tuvo que ser trasladado a un hospital donde los médicos confirmaron que el cáncer se había extendido. La carrera finalizó. El 28 de junio de 1981 el cáncer pondría fin a la vida de Terry Fox, un mes antes de cumplir los 23 años.
Hoy se le recuerda con un monumento en el lugar donde su cuerpo no podía dar un paso más. También algunas monedas acuñan la imagen del joven que vivió desde 1958 hasta 1981, y que gracias a su esfuerzo, la investigación contra el cáncer pudo obtener unos ingresos considerables. En abril se habían recaudado 23 millones de dólares. En la actualidad, el 90 por ciento de los tratamientos de ese osteosarcoma no exigen amputaciones.
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