La Feria de Abril se extenderá hasta el próximo domingo.

La feria de Sevilla la crearon un vasco y un catalán

Sevilla inaugura su fiestón.77 millones solo en trajes de faralaes, 4 millones de cañas... Y todo empezó en 1846 con José María de Ybarra y Narciso Bonaplata

ester requena

Martes, 12 de abril 2016, 10:05

En enero Laura López se plantó en su modista de cabecera para idear su nuevo traje de faralaes. Este año vuelven a llevarse los lunares ... y más que lucir, ella quería relucir en el primer día de la Feria de Abril paseando el modelito en coche de caballos. Todo el año esperando a embutirse entre volantes y por fin anoche llegó el momentazo. Brindó con rebujito (una mezcla de manzanilla con refresco de lima-limón) en cuanto se encendieron las 212.000 bombillas que desde medianoche iluminan el recinto ferial tras una velada en la que tradicionalmente se cena pescaíto frito en las casetas. A Laura, y a más de un millón de personas, les quedan por delante ocho días de una fiesta mundialmente conocida que surgió de las cabezas de un empresario vasco y otro catalán allá por 1846.

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Mucho ha mutado la idea original de Narciso Bonaplata (Barcelona 1807, Sevilla 1869) y José María de Ybarra (Bilbao 1816, Sevilla 1878) cuando hace 170 años le pidieron al Cabildo Municipal sevillano la organización de una feria anual para mediados de abril. Tras algunos tiras y aflojas con la autoridad lo lograron, aunque si levantaran ahora la cabeza casi no reconocerían la actual Feria de Sevilla. Entonces los festejos giraban alrededor de ganaderos y agricultores... Aunque el carácter andaluz ya tiraba hacia la diversión. De las 19 casetas de entonces en el prado de San Sebastián se ha pasado a las más de mil actuales en el barrio de Los Remedios: todo un poblado donde las lonas en rojo y blanco se alternan con las verdiblancas para conjurar cualquier rivalidad entre sevillistas y béticos. Ocupa una superficie de un millón de metros cuadrados con quince calles asfaltadas de albero bautizadas con nombres de toreros de todas las épocas, y adornadas con farolillos venecianos que se unen a un gasto diario en luz equivalente a una ciudad con 50.000 habitantes.

Las cifras

  • Casetas. El real (así se llama al recinto ferial) está limitado a poco más de mil casetas, la mayoría de carácter privado y con derecho de admisión. Hay mil peticiones en lista de espera y se estima que la media para hacerse con una licencia es de 25 años.

  • Toda una ciudad. Junto con las casetas y las atracciones, el recinto ferial sevillano gasta a diario como una ciudad de 50.000 habitantes.

  • Visitantes. Por la Feria de Sevilla pasaron el año pasado 1,12 millones de personas (en Sevilla solo residen unas 700.000). El número de extranjeros no deja de crecer.

Estos días el 'todo' Sevilla se traslada a la feria. Allí se cierran negocios, se forjan acuerdos empresariales y se allanan las diferencias políticas. Las normas de protocolo no escritas 'obligan' a desterrar los vaqueros y a vestir de punta en blanco tanto para ellos como ellas... Sea cual sea su estatus. No hay concesiones en el traje de chaqueta y corbata aunque apriete la calor (aunque ayer llovió). Pero si no cuenta con amigos con caseta propia, solo podrá entrar en las públicas que montan las instituciones. De poco sirve suplicar en la puerta de las privadas. La mayoría se gestionan a través de tickets a los que solo tienen acceso los socios. Y algunas llevan años sin nuevas admisiones, por mucho que la cuota supere los 500 euros anuales, sin incluir, claro, las consumiciones de estos días, para las que hay sevillanos que piden préstamos al banco.

Lograr una licencia para montar una caseta es igual de complicado. La media de espera ronda los 25 años. Hay más de mil peticiones en cola por si se quedan vacantes. Este año no han avanzado ni un puesto.

Del caldito a los churros

Pese a la crisis, la Feria de Abril supone un movimiento de 700 millones de euros. Solo en vestidos y accesorios se van 77 millones. El traje de flamenca (también llamado de gitana o de faralaes) se ha convertido en uno de los pocos iconos folclóricos influenciados por las modas. Y en Sevilla hay que ir a la última. Los hoteles llegan al 90% de ocupación, aunque en ello influye, y mucho, la meteorología. En esta ocasión las previsiones para la semana no son muy halagüeñas.

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Aun así se espera superar el millón de litros de cerveza (unos cuatro millones de cañas) y el consumo adicional de 700.000 botellas de manzanilla, un clásico de la feria. Y todo bien acompañado por la tradicional tortilla de patatas, jamón serrano, queso, boquerones y calamares fritos... Sin que falte un caldito para entonarse a altas horas de la madrugada antes de cerrar la jornada con churros y chocolate. El real apenas duerme y solo a mediatarde la expectación se traslada a la Maestranza, donde el ambiente taurino se respira entre mantillas, coches de caballos y azahar. A la vera del Guadalquivir es otra buena ocasión para dejarse ver. Luego se volverá a las palmas, al taconeo y al 'Mírala cara a cara que es la primera' y así hasta que el cuerpo aguante. Y más este año en el que la portada de la feria rinde homenaje a la danza con un diseño de Eduardo Morón inspirado en el pabellón de Argentina de la Exposición Iberoamericana de 1929 y actual Conservatorio Profesional de Danza. También se alude al IV centenario de la muerte de Cervantes y al 750 aniversario de la trianera parroquia de Santa Ana. Aunque libros y misas en estos días, más bien poco.

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