'Pulp Fiction' en el jacuzzi
Lo más ‘cool’ en Berlín es ver una película sumergido en una bañera de burbujas hinchable y con una cerveza fría en la mano
juan carlos barrena
Sábado, 13 de junio 2015, 00:17
Berlín no deja de dar sorpresas por la creatividad de sus emprendedores. Que la ciudad es una fiesta permanente, sobre todo para el público joven, ... no es ninguna novedad. Pocas capitales europeas tienen una oferta de ocio tan amplia como la metrópoli prusiana, a la que acaban de enriquecer con una iniciativa, al menos, original: cine en el jacuzzi o, dicho de manera elegante, Whirlpool Cinema. Esta es la propuesta más novedosa para los locos del séptimo arte que quieran disfrutar de buenas películas a remojo y en un ambiente relajado, con buen rollo y una cerveza en la mano o una botella de blanco bien frío en la cubitera. En el barrio berlinés oriental de Friedrichshain, en el RAW, el antiguo recinto de los talleres de reparación de trenes de la Deutsche Reichsbahn, la compañía de ferrocarril de la extinta República Democrática Alemana, se levanta ahora uno de los espacios más divertidos y espectaculares de la capital.
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Haubentaucher, somormujo en español, es el nombre con el que ha sido bautizado este megaclub al aire libre, instalado sobre una superficie de 7.000 metros cuadrados. Aquí todo es muy cool. Seis barras de bar y una oferta gastronómica que incluye comida vegana, una extensa terraza en plan Biergarten, un escenario para actuaciones, una piscina de 220 metros cuadrados, una playa de arena y solarium con 500 tumbonas blancas y azules forman parte de este espacio, pensado para acoger a un millar de clientes. La atracción estrella es el Whirlpool Cinema, una gran pantalla de cine ante la que han sido colocados 30 jacuzzis hinchables de seis u ocho plazas, donde el agua se remueve con chorros de burbujas y guarda una agradable temperatura de 40 grados centígrados.
Disfrutar de este ambiente no es barato. Una entrada individual cuesta 35 euros y reservar un hidromasaje completo de seis plazas para remojarse con los colegas sube a 200. Bedidas y comida aparte, claro. Pero la iniciativa ha caído en gracia entre los berlineses y la gente acude con su bañador y chancletas para disfrutar, por ejemplo, con la divertida película francesa Intocable. «Es una manera original de celebrar mi cumpleaños con los amigos», comenta Hildegard, una estudiante veinteañera de Diseño Industrial que ocupa tres bañeras con su cuadrilla. Con sus cervezas en la mano y sumergidos hasta el cuello, han optado por el clásico de Quentin Tarantino Pulp Fiction. Las entradas se reservan a través de la página web de Haubentaucher, y el servicio llega hasta el mismo jacuzzi, para comodidad de sus ocupantes, que pueden encargar lo que les plazca sin salir del agua. Entre tanto, el Whirlpool Cinema ha dejado de ser una iniciativa exclusiva de Berlín y sus creadores han abierto sucursales en otras ciudades como Colonia, Fráncfort, Hamburgo y Múnich aprovechando que llega la temporada de verano y las temperaturas exteriores son ya agradables.
Discoteca diurna
«El urbanismo áspero berlinés se fusiona con la ligereza mediterránea de los años 60» es el lema del joven cuarteto de empresarios responsables del Haubentaucher, que está situado a escasos metros de la East Side Gallery, el tramo más largo del Muro de Berlín que se conserva, casi dos kilómetros de pared de hormigón decorada con las creaciones pictóricas de un centenar de artistas de todo el mundo. «Cuando en 2011 recibimos la oferta del entonces propietario de estos terrenos industriales para crear un gran centro de ocio, la zona no era precisamente la que más nos gustaba», confiesa Jan Denecke. Una parte del recinto del RAW sigue siendo un lugar habitual para el comercio de drogas, aunque los locales de copas, muchos de aspecto ruinoso, son uno de los grandes imanes de la vida nocturna entre la gente joven en Berlín.
Denecker subraya que la gran diferencia de su oferta con la de otros locales en el RAW es que «nosotros llevamos fundamentalmente un negocio diurno». El Haubentaucher abre a media mañana y cierra sus puertas lo más tarde a medianoche. «Por eso, no somos competencia para la mayoría de los otros clubes», señala su compañero Azar Moorad, quien destaca que el único local con el que puede haber una cierta rivalidad, «si bien las relaciones son buenas», es el Neuen Heimat, una antigua nave industrial en la que funciona una discoteca matutina, donde la gente acude a bailar muy temprano para ir luego a trabajar o a estudiar con las pilas cargadas. Los habitantes de las viviendas cercanas al RAW, un cementerio industrial de siete hectáreas por lo menos, se alegran de que con el nuevo club la zona se revalorice. El euro es el euro hasta en Alemania.
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