La factura de la luz vuelve a convulsionarse

Según la organización de consumidores Facua-Consumidores en Acción, un usuario medio en España ha pagado en agosto un 1,4 por ciento más que en el mismo mes del año pasado. Pero esto no era una sorpresa. Ya se sabía que la reforma eléctrica que el Gobierno impulsó en verano de 2013 haría pagar más a los consumidores y cortaba las alas a los que abogaban por el autoconsumo. Entonces ya se supuso que los que menos tienen pagarían más, aunque las organizaciones de consumidores cifraron la subida en una media del 3,2 por ciento, o lo que es lo mismo, unos 15 euros al año. Aunque la subida no ha sido tan alta como se esperaba para un usuario medio, el ascenso ha sido mayor para los que tienen un consumo más bajo por el incremento de la tarifa fija por potencia contratada. Según los datos de Facua, con las tarifas vigentes en enero, el usuario medio pagaba 67,62 euros (un 16,0 % menos que en enero de 2013), 66,33 en febrero y marzo (17,6 % menos que en los mismos meses del año anterior), 63,98 en abril (14,4 % menos que un año atrás), 71,46 en mayo (4,4 % menos), 75,31 en junio (0,7 % más que en junio de 2013), 73,88 en julio (2,4 % menos) y 75,87 en agosto (un 1,4 % más que los 15,90 céntimos vigentes en agosto del año pasado).

Los datos aportados por Facua evidencian que el Gobierno central no está consiguiendo su propósito de contener los precios, y las cifras no son muy prometedoras para los próximos meses. Parece que los cambios impuestos a las grandes empresas eléctricas no está funcionando como debería. En el mes de mayo el Ministerio central anunciaba a bombo y platillo que las grandes eléctricas tendrían hasta el 1 de octubre para adaptarse a nuevos usos como un sistema de revisión de precios eléctricos, el ajuste de la facturación a unos perfiles de consumo determinados, más información sobre contratos alternativos o la posibilidad de comprar los contadores en lugar de pagar un alquiler. Parece que todo eso ha quedado en papel mojado, ya que no ha habido ningún cambio positivo para el consumidor y tampoco se vislumbran mejoras. Parece que tampoco ha servido de nada el recorte a los productores de energías renovables, que ellos mismos cifraron en unos 1700 millones al año.

Todo esto en una situación en la que la energía eólica sigue mandando en el mix energético mes tras mes, lo que debería notarse en el coste de la electricidad, como también se debería notar el ajuste impuesto a las renovables. En junio ya se advirtió que las grandes empresas generadoras de electricidad encuentran cada vez menos margen de ganancia, lo que puede ocasionar que todas se pongan de acuerdo para incrementar el coste que cobran al consumidor final, ya que el Gobierno está más preocupado en este momento por reducir la parte de los impuestos, un porcentaje demasiado alto y que aparece detallado en las facturas gracias a las empresas eléctricas.

Parece que nada puede parar a las grandes empresas eléctricas y las medidas del Gobierno se difuminan sin remedio, mientras el consumidor no para de pagar más y más por una electricidad que, sí o sí, tiene que consumir.