«En Sierra Nevada hemos pasado de cero a cien en una semana»

Desde abajo, desde la misma Granada, la sierra no parece nevada. Más bien, pelada. Pero lo cierto es que arriba, en Borreguiles, la sensación es muy distinta. Hay poco, sí, pero hay: cinco kilómetros de pistas abiertas que ayer presentaban un ambiente concurrido y familiar. «Además de las dos alfombras de iniciación, que funcionan desde el pasado domingo –explicó Vázquez–, ya tenemos en la zona de Borreguiles dos telesillas, Emile Allais y Alhambra, más el telesilla Veleta».

En este arranque de temporada no es tan representativo los kilómetros esquiables como el número de remontes abiertos, ya que la conexión de Emile Allais, Alhambra y Veleta permiten combinar alturas de 2.800 a 3.100 metros, abriendo el abanico a los esquiadores más avanzados. Y, según informan desde Cetursa, en cuestión de diez días estará terminada la obra del nuevo telecabina, el Al Ándalus. Conviene recordar que en los dos últimos años Sierra Nevada ha sumado seis remontes nuevos: una cifra récord.

Hasta la última nevada, según detalló Vázquez, el ambiente a corto plazo entre los profesionales de la Sierra era de «incertidumbre». «Pero a medio y largo la plazo, el nivel de reservas en la estación es muy alto. Hay fechas libres que se dejan para momentos de máxima afluencia, pero si intentas llamar ahora a cualquier agencia de viajes para organizar algo para un grupo de 30 personas, lo tienes muy complicado», subrayó el representante de los empresarios. «Hoy podemos mirar con esperanza y las reservas están ya entre el 40% y el 60%. Somos optimistas».

Ese optimismo se transpiraba ayer, en un Borreguiles blanco y nublado, con largas colas para probar las nuevas 'alfombras' para principiantes, quizás el núcleo principal de público del que se nutre Sierra Nevada.

En el centro de la Plaza de Andalucía, en Pradollano, luce un enorme árbol rojo de Navidad. Allí se organizan las colas para sacar los billetes del telecabina. «Vamos a esquiar. Por poco que haya, algo hay y lo vamos a aprovechar», aseguraron Rubén y Manuel, dos universitarios cordobeses. «Falta nieve y es una pena, pero disfrutaremos lo que se pueda», dijo Shawn, jubilado estadounidense.

Desde las ventanas del telecabina se veían numerosos grupos de amigos y familias caminando por las pistas, que, poco a poco, cambiaban bajo sus pies el marrón del barro por el blanco de la nieve. Al bajarse en Borreguiles da la sensación de haber cambiado de lugar. «¿Quién se iba a imaginar que habría tanta nieve aquí? –se preguntaba Armando, con su familia de Granada– Vaya, nosotros venimos muy poco a la sierra y esto ya nos vale». Aída y Luis, los padres;Pepe y Ana, los abuelos;y Pepe y Aída, los nietos, vienen desde Sevilla. «Solemos venir siempre en el puente, así que esto estaba muy planeado. Nos gustaría ver la sierra completamente blanca, pero la verdad es que para lo que queremos ahora, que es que disfruten los niños, está genial», terminó Luis.m