A la tercera regresaron a San Pedro y San Pablo

Se había mantenido el mismo adorno floral del primer día. Rosas moradas, malvas y rojas, junto a decoración de plantas aromáticas y silvestres, con cardos y flores de talco, se presentaba en el friso de las andas, custodiadas por dos paños de tres candeleros dorados y codales de cera en las esquinas, era la luz que aportan en una tarde fría pero soleada del penúltimo día de febrero. En el cortejo estaban veinticinco parejas de hermanos de ambas corporaciones nazarenas, menor número que en el día del primer traslado, y sin representaciones de las cofradías granadinas que sí que habían acompañado al cortejo en su camino hacia la Catedral cinco días antes. Estaban los guiones corporativos de ambas cofradías y en la presidencia el presidente de la Federación de Cofradías, Armando Ortiz, y la hermana mayor de la cofradía del Santo Sepulcro, Blanca Sánchez-Agesta, y el de la hermandad del Cristo de la Misericordia, del Silencio. Tras las andas, portadas por costaleros del Silencio y del Santo Sepulcro, iba el párroco de San Pedro y San Pablo y delegado episcopal de hermandades y cofradías, José Gabriel Martín.

El recogimiento y silencio era sepulcral al paso de la comitiva que escogió el camino más breve y corto. Apenas hora y cuarto en realizarlo por calle Cárcel Baja, Pasaje Diego de Siloé, cruzar Gran Vía y entrar en Reyes Católicos por Almireceros y Joaquín Costa. Ya restaba solo, con el acompañamiento del trío de capilla musical «GranaMusic» entrar en Plaza Nueva y Carrera del Darro para alcanzar la parroquia donde queda ya el Crucificado de José de Mora a espera de subirlo a su paso procesional y que llegue la madrugada del Viernes Santo. En cuanto se dispuso el cambio de andas procesionales, la imagen de Nuestra Señora de la Soledad en el Calvario deshizo el camino andado junto al Crucificado y regresó en solitario a San Gil y Sana Ana precedida del número de hermanos que la habían acompañado.

Mientras esto ocurría también por Plaza Nueva se esperaba la bajada por la Cuesta de San Gregorio y Cárcel Alta la imagen de Jesús Nazareno de las Tres Caídas. El Titular de la cofradía del Rosario que se venera durante el año en el templo conventual de clarisas del monasterio de Santa Isabel la Real, tuvo que prolongar su estancia en el cenobio debido a que el domingo no se pudo trasladar en Vía Crucis por motivos también climatológicos.

La cruz de guía marcaba el camino para continuarlo un buen número de hermanos de la corporación que precedían a las andas de traslado que portaban sus costaleros a las órdenes de Miguel García Almagro y Francisco Estarli. Con el rezo de las catorce estaciones se trasladó por plaza de San Miguel Bajo, Cauchiles de San Miguel y San José hasta alcanzar Plaza Nueva en un trayecto que cada vez iba atrayendo a más curiosos, visitantes y propios para contemplar un cortejo que mantuvo la seriedad del traslado y del rezo de las estaciones del camino del calvario de Cristo.

En la presidencia el hermano mayor, Fernando Coronel, junto al presidente de la Junta Municipal de Distrito y concejal de Participación Ciudadana, Francisco Almohalla; el pregonero de la Semana Santa, Pepe Espinel y el federativo Miguel Ángel Fernandez. Las estaciones del Vía Crucis fueron dirigidas por el sacerdote y canónigo de la Catedral, David Sola. Por delante de la cruz de guía iba otra parte de la formación «GranaMusic» y con las andas de traslado la capilla musical de la Virgen del Carmen, de Dúrcal.

Entre las citas de este viernes, segundo de cuaresma, destaca la presentación del estreno de la bambalina delantera del paso de palio de la Virgen de la Salud. Es en el palacio de los Condes de Gabia a las ocho de la noche. También está convocado el Vía Crucis de la hermandad de la Sentencia partiendo desde San Pedro y San Pablo a las 20.00 horas y siguiendo itinerario por Carrera del Darro, Paseo del Padre Manjón, Cuesta del Chapiz, San Juan de los Reyes y bajará a su sede por la calle Portería de la Concepción y Carrera del Darro.