Rafa Reina cierra su taller de Granada: adiós a sus míticos azulejos en el Albaicín
Dos grandes azulejos son puerta y salida de un barrio donde ha pasado muchos años de su vida. Una perfecta técnica que permite pintar al agua cerámica como si fuera un óleo, su cariño por las tradiciones granadinas y sus muchas horas haciendo y viviendo barrio le han dado fama y cariño
Álvaro de la Torre Araus
Lunes, 24 de febrero 2025, 10:03
Cuando en 1505 se establece la Real Chancillería en Granada se inicia la construcción de un edificio anejo a la misma, se instituye una cárcel ... que permanece en el lugar hasta la segunda mitad del siglo XIX la cual da nombre a esta popular calle de Cárcel Alta que ya en su parte superior cruzada por la calle San Juan de los Reyes se erige en los muros del Monasterio de San Gregorio Bético uno de los azulejos más singulares y de técnica perfecta. Esta contemporánea puerta de entrada al Albaicín está presidida por una pieza cerámica que exalta a María Santísima de la Aurora. Una obra, -según él una de las mejores, del azulejista Rafael Reina.
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Rafa nace en 1958 en Marchena, sin embargo cuando cumple 5 años se marcha a vivir a Sevilla capital, concretamente al barrio de San Bernardo, por motivos laborales de su padre, que era ebanista. Tras la Educación General Básica en la familia se determinó que tenía que estudiar un módulo de FP en la rama de electrónica, sin vocación alguna, pero que garantizaba poder contribuir con ingresos en la casa pues había mucha necesidad de arreglar televisores en esa época.
«Los profesores me decían que estudiaba muchísimo y que era muy aplicado pero que no se me daba nada bien», recuerda el artista sevillano desde su taller en el corazón del Albaicín. »«legué a trabajar durante un corto periodo en la Central Nuclear de Ascó en Tarragona, nada menos que con Abengoa'. Pero pronto regresé a mi tierra porque era evidente que así no me iba a ganar la vida», asegura. Todo comienza a cambiar cuando toma la decisión de ingresar en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla, y se va forjando un nutrido grupo de amigos de Bellas Arte, Historia del Arte y sobre todo de 'capillitas' que le irán enseñando el lenguaje y la estética cofrade. Uno de ellos, Manolo, le cuenta que ha quedado un puesto libre en la Fábrica de Cerámica Andaluza Popular. Reina aportará y aprenderá ahí el oficio durante 20 años y después se especializó en figuras humanas en una empresa de cerámica de Osuna.
Todos conocemos a alguna persona que, sin duda, entrega su tiempo con alegría por ayudar a otro. Los encuentros con las personas que nos ayudan en la vida nunca son fortuitos y para Rafa conocer a Pedro, su casero, le permitió llegar a nuestra ciudad en 2003. Concretamente a una casa, donde instalaría su taller entre las calles Álamo del Marqués y Cruz de Quirós en pleno Albaicín. Pedro, conocedor del arte que poseía ya en esa época Rafa Reina, consigue una entrevista en la fábrica de cerámica granadina Fajalauza, sin embargo el contrato llegará en Jun, concretamente en Diseños Encarnación. Reina quería tener un detalle con Pedro y su mujer y elabora un azulejo muy singular, en forma de cruz, del Cristo de la Misericordia con la 'cruz cepillá'. El matrimonio lo recibió con tanto cariño y admiración que lo mostró en alguno de los bares cofrades de la época. Desde ese momento a Rafael Reina nunca le han faltado encargos en Granada tanto de cofradías como de particulares lo que han permitido que nuestra ciudad custodie una extensa obra soya.
La perfecta técnica de Rafa Reina que pinta cerámica como si fuera un óleo pero siempre al agua, su cariño por las tradiciones granadinas y sus muchas horas haciendo y viviendo barrio le han dado fama y sobre todo le han otorgado la 'granadidad'. Para cualquier persona que se le pregunta Rafa es un artista granadino pero es que Rafa también lo siente así. «Es la ciudad donde he podido ser pintor». Rafa cuenta que se siente afortunado por «las miles de buenas horas que he pasado por las calles del Albaicín y en concreto, en la placeta de San Miguel Bajo. Aún recuerdo disfrutarla con vecinos tan ilustres como Curro Albayzín, La María, Blas, La Comino y los buenos platos del mesón el Yunque o mis charlas con los hermanos de las cofradías de la Aurora o el Silencio. Me siento parte de ellas».
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Dos obras de Rafa Reina son puerta y salida del Albaicín. El ya citado azulejo de la Aurora, una de sus obras de mayor dimensión y complejidad técnica pues no hay líneas rectas y que tras la restauración del pasado año aún luce más hermoso y el espectacular retablo cerámico de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión de la cofradía de la Estrella en una fachada de un edificio entre la calle Pagés, San Gregorio Alto y la placeta de Carniceros. Cuánto vecino se persigna o reza ante estas dos obras que custodian a todo un barrio. Además, Reina es hermano de la Cofradía del Silencio.
Aprender a despedirse: esta es la sabiduría que dan los años. Pero... Una despedida lenta y alegre es la que tiene pensado Rafa, que ha tomado la decisión de no aceptar más trabajos, jubilarse y regresar a Sevilla. Lo cuenta a IDEAL mientras trabaja en su última obra, un azulejo para un particular del Nazareno de la hermandad Carmelita y ya ha entregado su última gran obra que se dará a conocer pronto y que estará en el pueblo de Alomartes. Tras infinidad de azulejos para Granada y su provincia, retablos granadinos que le permitieron conocer y dominar la técnica tan nuestra... 'Yo me he hecho pintor en Granada. Granada es una ciudad mítica, culta, bella... Pero sobre todo me quedo con su gente que me lo ha dado todo'.
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