Desde 2021, Julio Alcaraz está asumiendo trabajos de restauración de enorme importancia

El joven de Granada que se convirtió en un gran restaurador

Desde sus inicios, Julio Alcaraz ha venido ejerciendo de cofrade hasta que lo cofrade se transformó en su profesión

Álvaro de la Torre Araus

Granada

Jueves, 13 de marzo 2025, 15:37

Son numerosos los estudios que nos hablan de la importancia de la cultura cofrade en las nuevas generaciones. La gran labor de nuestras cofradías ha ... permitido acercar a los jóvenes a los distintos sectores profesionales vinculados con la Semana Santa. La peso actual de la artesanía, la música y la gastronomía en el universo cofrade ha significado que muchos vean en estos oficios un modo de vida. Una de esas historias de cariño por nuestras tradiciones y emprendimiento la encontramos en Julio Alcaraz.

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Alcaraz es graduado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Granada y máster oficial de Arte, Museos y Gestión del Patrimonio Histórico de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Dentro de su trayectoria formativa ha colaborado con el Museo de Bellas Artes de Granada y con el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (I.A.P.H.) en dos ocasiones. Pero Julio, también es un hermano de la cofradía del Santo Vía Crucis con muchas horas de dedicación y cariño a la Semana Santa de Granada. Hace justo 5 años mostraba su cariño a María Santísima de la Aurora del Albayzín Coronada en una Granada confinada con una de sus míticas saetas a través de las cámaras de Televisión Española o volcado con las necesidades de su hermandad. Alcaraz lleva más de 15 años siendo parte de la Granada cofrade. Desde sus inicios, ha venido ejerciendo de cofrade hasta que, lo cofrade, se transformó en su profesión. Grandes historias de talento y proyectos de vida provienen del mismo origen: nuestras cofradías.

Ha colaborado con organismos e instituciones del patrimonio histórico de titularidad pública y privada, como Cofradías, Hermandades, particulares o Comunidades religiosas e Iglesias. Dentro de sus trabajos realizados cuenta con intervenciones sobre escultura policromada, retablos, pintura sobre lienzo y tabla, restauración de tejidos antiguos, proyectos sobre planes de conservación preventiva pero gracias a su esfuerzo y buen hacer desde 2021 está asumiendo trabajos de enorme importancia.

La restauración de la Virgen de los Gitanos de Granada

Uno de ellos fue la intervención en la imagen de María Santísima del Sacromonte obra atribuida al escultor neoclásico,Manuel González de los Santos de mediados del siglo XIX. Julio logró la eliminación de restos de suciedad propia de la acumulación de humo de cera. También cuidó la policromía de la imagen, sobre todo en el rostro, además de la realización de un candelero o cuerpo nuevo para la talla. Alcaraz consiguió la reintegración de algunas zonas de la encarnadura que se habían desprendido por el paso del tiempo y dotó las articulaciones de mejor fijación así como de pestañas nuevas que realzan más la mirada de la imagen.

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Una huella dactilar en la barbilla de la Soledad de Santo Domingo

La Soledad de Nuestra Señora en la iglesia de Santo Domingo, tras su proceso de restauración a manos de Julio Alcaraz, regresaba este pasado viernes de Cuaresma al culto. Ayer, Julio contó en los micrófonos de Canal Sur Radio un detalle muy singular que escondía el rostro de la Soledad: una pequeña huella dactilar de su autor, Manuel González en la zona de la barbilla. La obra, una impresionante escultura de 1,60m de altura, 1,20m de ancho y 1,15m de profundidad, está completamente realizada en madera de cedro, sin el uso de telas encoladas. Cada minucioso pliegue ha sido tallado a la perfección en la madera.

La policromía al óleo adorna las carnaciones, el manto, el sudario, el paño del ángel, el cabello y la roca. En contraste, la túnica burdeos de la Virgen está policromada al temple de huevo, con la policromía de las carnaciones al pulimento y los ojos en cristal. Antes de iniciar la intervención, la obra fue meticulosamente analizada por su restaurador para identificar las causas de los deterioros activos, que incluían inclemencias meteorológicas, una atmósfera contaminante y principalmente reacciones químicas sobre las policromías, provocadas por la aplicación, en una intervención del pasado, de una mezcla inadecuada de solventes sobre la policromía de temple de huevo en el vestido burdeos de la Virgen, lo que resultó en la disolución del aglutinante de huevo y la pérdida de cohesión de los pigmentos, llevando a la degradación y pulverulencia de la policromía.

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Tras las conclusiones obtenidas de los análisis pertinentes, Julio Alcaraz inició la intervención. La restauración comenzó con una profunda limpieza superficial y la fijación de toda la policromía. Posteriormente, se llevó a cabo una limpieza química para eliminar suciedad, humo, repintes generalizados, reintegraciones desbordantes y una gruesa capa de barniz oxidado. Una vez eliminados todos los añadidos y barnices, se pudo acceder a fisuras y grietas para su consolidación. Seguidamente, se estucaron todas las pérdidas polícromas y se realizó la reintegración mediante la técnica del rigatino. Se aplicó una capa de protección final y, utilizando cristal fundido, el restaurador creó dos lágrimas perdidas de la Virgen y otras dos del ángel. Además, confeccionó nuevas pestañas de pelo natural para ambas esculturas, cuidando que los tonos de los pelos intercalados coincidieran con los de las cejas de la policromía. Este minucioso trabajo de restauración ha permitido que la imagen de la Soledad de Nuestra Señora recupere su esplendor original, asegurando su conservación para las generaciones futuras y preservando su inmenso valor histórico y artístico.

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