Histórica salida del Cristo de la Misericordia

La plaza de las Pasiegas se ha llenado de público llegado desde numerosos barrios granadinos pero también de localidades cercanas, pueblos e incluso algunos viajes organizados por hermandades de localidades almerienses, jiennenses y malagueñas. Incluso se ha sabido de viajes llegados, por ejemplo, de Oviedo.

A las cinco de la tarde se había puesto la cruz alzada de la hermandad en la puerta de la Catedral granadina para dejar salir a la práctica totalidad de las cofradías de Granada, desde la más moderna en la nómina de cofradías federadas, la de Jesús Despojado, hasta la del Vía Crucis, con sus respectivos guiones corporativos. Le seguían en el cortejo las parejas de hermanos que, una vez más, acompañaron en número elevado, más de setenta, a su Titular ofreciendo a cada instante semblantes de emoción y de veneración al Crucificado de Mora.

En la presidencia, la junta de gobierno de la hermandad, su hermano mayor y el presidente de la Federación de Cofradías, Armando Ortiz; junta de gobierno, acompañados también por los ediles Carolina Amate, de Fiestas Mayores, y Francis Almohalla, de Participación Ciudadana, además de Juanjo Ibáñez (Psoe) y la pregonera de la Semana Santa, Mamen Sánchez. Estaba también en esta ocasión el hermano mayor de las Angustias, Antonio González.

Un recorrido urbano a plena luz del día por escenarios tan recogidos como Mesones o Puerta Real para adentrarse en las proximidades de templos desde los que ha salido la cofradía como San Juan de Dios o los Santos Mártires Justo y Pastor. Momentos emotivos como la salida de la Catedral y escuchar el himno nacional interpretado por la banda de los Ángeles, algo realmente histórico para esta imagen granadina. Marchas como «Ione», «Valle de Sevilla» o «Mektub» señalaban aún con más ahínco el carácter extraordinario de la cita, de un gusto exquisito. Y para acentuarlo aún más, la hermandad determinó sustituir el tradicional calvario floral por uno natural de roca con variedad de plantas aromáticas y silvestres, marcando con una rosa roja la gota de sangre del Crucificado. A los pies del Cristo, las reliquias de San Juan de Dios y del beato fray Leopoldo de Alpandeire.

En los últimos ochenta años en tan sólo en cuatro ocasiones se pudo ver al Crucificado de Mora caminando por las calles granadinas con motivos extraordinarios. En 1944, en rogativas por el final de la II Guerra Mundial; en 1996 con motivo del Año Jubilar de San Juan de Dios; en la salida de la Passio Granatensis de 2009, que se vio frustrada por la lluvia, y en 2024 con motivo del Vía Crucis federativo del pasado año, junto a la imagen de Nuestra Señora de la Soledad en el Calvario, también de José de Mora.