Una adolescente granadina, pregonera de la próxima Semana Santa

Ella fue en parte la protagonista de la celebración que ofreció la cofradía del Señor de la Humildad, del Realejo, con la que comienza cada año sus actividades de cara a la próxima cuaresma. Celebran la fiesta del Dulce Nombre de Jesús, que en esta ocasión contó con la presencia y celebración del arzobispo de Granada, monseñor Gil Tamayo. «Al venerar el Nombre de Jesús queremos significar lo que realmente expresa esta devoción. Es el Hijo de Dios enviado al mundo, hecho Hombre por nuestra Salvación», indicó el prelado diocesano. «Por eso la Iglesia celebra desde sus orígenes esta fiesta y ha sentido verdadera veneración por este nombre, proclamando que es el único ante el cual toda rodilla se dobla en el cielo y en la tierra», añadió. Monseñor Gil Tamayo se acercó a venerar también la imagen del Niño Jesús del Dulce Nombre, el conocido Facundillo que cada Domingo de Resurrección atrae la atención de los granadinos. La imagen se había dispuesto sobre un altar espectacular y de gran solemnidad, sobre una peana cedida por la cofradía de la Virgen del Triunfo, de los Vergeles, y con distintos elementos de candelería de cera y flor para exaltar la devoción que sienten los hermanos de esta corporación por la imagen del Dulce Nombre. En sus respectivas capillas, debidamente adornadas para esta festividad estaban los otros dos Titulares de la hermandad, el Señor de la Humildad y la Soledad de Nuestra Señora.

El arzobispo granadino estuvo acompañado en el altar mayor por el consiliario de la cofradía y párroco del templo de Santo Domingo, fray Antonio Larios, así como por hermanos de la cofradía que asistieron a la mesa del altar. José María Gil Tamayo hizo también referencia a la advocación del Señor de la Humildad resaltando «la Humildad del Señor durante su presencia en la tierra, frente a la soberbia de la que hacemos gala en el mundo».

Al término de la celebración, el hermano mayor de la cofradía acompañó al arzobispo, quien le hizo entrega del nombramiento de la pregonera y este lo entregó a la joven Lucía Serrano, ante el altar del Dulce Nombre de Jesús. Por parte de la vocalía de Juventud de la hermandad se había dispuesto la elaboración de las guardas para el pregón que le fueron entregadas también. Lucía Serrano Alonso es hermana del Santísimo Cristo de la Redención, de la cofradía salesiana del Zaidín y también perteneció a la de la Entrada de Jesús en Jerusalén. La celebración de la Eucaristía estuvo solemnizada por el coro de María Auxiliadora de la Alhambra.