Sentenciado junto al Darro

A las seis menos cuarto se ponía en el patio de San Pedro la cruz de guía de la cofradía, a la que seguían dos nutridas filas de nazarenos precediendo al primer paso de la hermandad. A las órdenes de Guillermo Padilla los costaleros lograron salvar la difícil puerta del templo, entre los aplausos del público que llenaban las inmediaciones y el sonido de la Banda de Cornetas y Tambores Asunción de Jódar (Jaén), que este año acompañaba al paso de misterio con la imagen de Jesús de la Sentencia que tallara José de Mora. Su discurrir por la Carrera del Darro fue uno de los momentos más significativos del recorrido de la hermandad, llenándose sus aceras y puentes que cruzan el Darro. Difícil también para los costaleros la salida por la cancela del patio de San Pedro y la posterior variación delante del edificio del Museo Arqueológico. Todos querían disfrutar con una de las hermandades de la ciudad que puede presumir de atravesar los más bellos rincones y contar, además, con unos titulares que son verdaderas obras de arte de la imaginería granadina. El resultado fue maravilloso.

Si novedad era el acompañamiento musical del primer paso de la hermandad, detrás del palio seguía estando la Agrupación Musical San Isidro de Armilla, dirigida por Melchor Perelló. A los sones de sus marchas el paso de la Virgen de las Maravillas recorrió la ciudad entre la admiración de todos los que la veían señorear en su palio. Eso sí, antes de abandonar su iglesia, María Santísima de las Maravillas recibió una ofrenda de las otras hermandades con las que comparte sede, Dolores y la Hermandad del Rocío, que estaban representadas con sus estandartes y varios hermanos dentro de San Pedro.

Aunque la noche refrescó, suavizando las altas temperaturas de la primera hora de la tarde, muchas personas esperaron a la hermandad en Plaza Nueva para acompañar al cortejo en su regreso a San Pedro, donde llegaba antes de la medianoche.