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Señor de la jornada

La cofradía de El Rescate tuvo un recorrido más corto que el habitual

Fernando Argüelles

Martes, 31 de marzo 2015, 02:38

Vistió la túnica de rocalla morada en este Lunes Santo de 2015. Es una de las sorpresas que cada año guarda la cofradía, casi hasta ... la misma víspera del Lunes Santo. Y es que Jesús del Rescate cuenta con un rico ajuar de túnicas, algunas restauradas en los últimos años, y cada Lunes Santo se van sucediendo las mismas. Pero no fue esa la única novedad que presentaba la cofradía en su salida, sino que la propia estética del templo ofrecía una imagen muy distinta a la habitual. La iglesia de la Magdalena ha sido restaurada en los últimos meses, cambiando el aspecto de su fachada, algo que pudieron constatar bien la decena de fotógrafos que plasmaron con sus cámaras el momento del a salida del Señor.

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Ocurría pasadas las seis de la tarde, llegando el cortejo a la carrera oficial poco después e las ocho y cuarto de la tarde, tras el paso de la cofradía de los Dolores, con la que estuvo muy vinculada en el nacimiento de ambas corporaciones. La procesión la abría la cruz de guía de la hermandad seguida por más de ciento cincuenta hermanos vistiendo la túnica tan singular de esta hermandad, de terciopelo morado cardenal, capillo de raso carmesí con el escudo de la corporación bordado en el pecho y fajín en color oro viejo. El acompañamiento musical de la hermandad lo puso un año más la Agrupación Musical María Santísima de la Estrella, que volvió a demostrar su extraordinaria calidad musical y, en cuyo repertorio, no faltaron composiciones dedicadas a Jesús del Rescate. No faltaban en el cortejo representaciones de otras cofradías e instituciones, y así estaban presentes miembros de las hermandades de la Virgen de la Cabeza y del Santo Sepulcro, así como del cuerpo de Bomberos (hermano mayor honorario de la cofradía), con la edil Telesfora Ruiz, responsable de este servicio, al frente.

El paso iba, un año más, bellamente exornado con una alfombra roja de claveles detrás de los que se esconden multitud de promesas, peticiones, oraciones y devoción, ya que cada año son regalados por los vecinos del barrio y devotos, que en las vísperas del Lunes Santo los llevan hasta el templo de la Magdalena.

Al filo de la medianoche regresaba la cofradía hasta la Magdalena, después de cubrir con normalidad su estación penitencial. La vuelta se hacía con mayor rapidez que en otras ocasiones, ya que la hermandad, en estos últimos años, ha ido variando su recorrido de vuelta, suprimiendo el paso por algunas calles del barrio de la Magdalena para hacer más ágil la vuelta. Mucha gente se daba cita para acompañar a la cofradía en su regreso, aplaudiendo el trabajo de los costaleros mandados por José Luis Pérez Raya. No faltaron tampoco las saetas en honor al Cristo del Rescate.

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