Rodríguez se 'viste' de presidente-entrenador y condiciona el trabajo de José María Pajares

Como una mala copia de Dimitri Piterman, empresario famoso por influir en el área técnica ejerciendo como presidente-entrenador, el jefe de la tribu blanca ha traspasado todos los límites. En un nuevo capítulo del vodevil del esperpento, Andrés Rodríguez ha dinamitado el vestuario blanco. Y lo ha hecho invadiendo el terreno de las decisiones de Pajares.

Su enfrentamiento con algunos integrantes de la plantilla está teniendo consecuencias en un grupo lánguido y abatido. Rodríguez retiró la capitanía a Juanma Espinosa y se la colocó a un recién llegado como Fran Hernández saltándose a otros pesos pesados en el vestuario como Carlos Fernández o Ramón. Tuvo la desfachatez de despedirle, con malos modos al finalizar el partido, protagonizando una escena lamentable que ha trascendido en los medios nacionales. Y que acabó con los jugadores abatidos, con ataques de ansiedad «y rompiendo a llorar por impotencia y desesperación», según explican algunos de los protagonistas.

Juanma Espinosa es el claro ejemplo de trabajador que se ha partido la cara por su jefe y por el Real Jaén. Incluso siendo el paraguas de innumerables críticas de la afición. Hasta que los acontecimientos han ido quebrantando la relación. Este lunes el club hizo oficial su salida, pese a que tenía dos años de contrato. Y no fue la última. El lateral derecho Paco Torres, el domingo sorprendentemente en el banquillo después de haber sido titular en once partidos en este curso, también deja la entidad. La defensa blanca no funcionó en el Matías Prats pero Pajares decidió no incluirlo en el once, incluso a la hora de los cambios optó por dos juveniles (Albertillo y Jero) por delante del resto de peloteros de la primera plantilla. No se descarta que se produzcan más salidas en las próximas horas. Sigue la limpia de jugadores que vinieron de la mano de Puskas y Checa.

Rodríguez completó su sainete burlesco con gritos a jugadores durante el partido, comentarios despectivos a periodistas y colaboradores de medios de comunicación y una invasión de un espacio sagrado como es el vestuario para mancillarlo con gritos, golpes a diversos objetos y mensajes vejatorios a algunos de los allí presentes. Como nadie quiso reírle la gracia pidió un aplauso a su actuación al grito de «¡Hala Jaén!» que muy pocos, salvo algunos jóvenes jugadores, superados por la situación, y el propio entrenador, José María Pajares, secundaron.

Pajares es un entrenador voluntarioso y con muchas ganas de trabajar, pero la buena disposición no es suficiente para liderar un grupo. Algunos peloteros echan de menos la labor protectora que técnicos anteriores ejercieron sobre la plantilla ante las 'ocurrencias' del jefe de la tribu blanca. Y así lo manifiestan en privado.

Por mucho menos de lo acontecido este pasado fin de semana, Carlos Terrazas dejó el banquillo del Real Jaén en su momento.

Andrés Rodríguez desmintió todo esto en los micrófonos de la Cadena Cope en el programa 'Tiempo de Juego'. Se limitó a subrayar que fue al vestuario a «animar a sus jugadores» y solo admitió haber dado «una patada a una mochila». Una versión defendida, también en privado, por Fran Hernández, quien niega que se produjeran gritos y amenazas a compañeros. Rodríguez no habla con la prensa local, a la que puso precio por sus palabras. Y mientras el Real Jaén agoniza, último en la tabla clasificatoria.