La agonía del Real Jaén

Tomás de la Torre Lendínez

Lunes, 6 de marzo 2017, 07:45

Anoche fui uno de los que no estuvo en la manifestación a favor del Real Jaén, convocada por la afición en general y por las ... peñas en particular. Hoy he leído el extenso despliegue informativo que en la edición en papel ha presentado IDEAL, donde la pluma de Miguel Ángel Contreras luce a la altura del buen cirujano que se mete en el aparato digestivo y cuenta con detalle a los alumnos de medicina los males del enfermo acostado bajo el foco del quirófano.

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El enfermo es el Real Jaén, quien acumula unas dolencias realmente mortales, a quien nadie desea poner el remedio completo que sería unos cuantos millones de euros. Las peregrinas soluciones venidas todas desde Oriente, más parecen el último cuento de las Mil y una noches, que no llegó a tiempo para incluirla en la inmortal obra de fantasía de espejismo en el desierto.

Lo mismo que la postura inflexible de los munícipes locales, quienes en bloque parecen, no desean entregar el actual estadio de la Victoria para una capitalización que sería la gran solución, pero con el peligro de que el consistorio pierda el campo de juego para siempre.

Miramos al enfermo y podemos afirmar como el refrán castellano: Nadie lo mató, pero él sólo se murió. Por mucho que nos quejemos y gritemos la defunción del Real Jaén está más asegurada que nunca en su historia.

Siendo, como soy un optimista patológico, todavía confío en un milagro de los tiburones financieros, o de las conversaciones entre los acreedores monetarios, para administrar algún fármaco de último invento para que nunca desaparezca un club de fútbol como el Real Jaén.

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En esa esperanza termino invocando ese milagro en el último segundo.

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