Jaén nunca se rinde
Un gol en el 90 de penalti de Jona da tres puntos de oro al Real Jaén tras cinco jornadas sin conocer la victoria
MIGUEL ÁNGEL CONTRERAS
Lunes, 28 de abril 2014, 12:48
Había que ganar y se ganó;y cómo se ganó. «El fútbol está siendo injusto con nosotros», se lamentaba el técnico Manolo Herrero hace siete ... días tras perder en Zaragoza en el descuento con un solitario gol en propia puerta;ayer, también con el tiempo cumplido, el pichichi blanco Jona transformaba una pena máxima en alegría ídem. Permitiéndonos exhalar al fin, qué minuto más largo. Había que tirar ese penalti y había que tirarlo así, engañando al meta y buscando la escuadra. Corrió tras marcarlo el nueve enloquecido como si le persiguieran mil diablos, los que acechaban esperando con otro pinchazo quizás, en dirección al banquillo mientras le pisaban los talones sus compañeros con la boca más alta que ancha. El destinatario era un cuestionado míster blanco en su semana más difícil como entrenador, arropado enseguida todo el grupo en la celebración en una imagen simbólica. La salvación será con todos o no será. La fe triunfó ayer en La Victoria.
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Estamos en paz, chavales, pareció decir el dios del fútbol. Los más de diez mil aficionados, la mejor entrada de la temporada con olor a play off en el ambiente, explotaron también en ese momento y no se apagaron durante un descuento eterno en el que no pasó casi nada pero en el que temimos casi todo. No se movió el electrónico y en pie La Victoria despidió a sus ayer 'héroes', como siete días atrás al borde del llanto, pero no todas las lágrimas son amargas. Hechos una piña en medio campo recibieron la ovación de un graderío hasta arriba (ayer no se movió nadie antes del pitido final) al son del cántico del ascenso ¡Sí, se puede!
El presidente Rafael Teruel indicó que las últimas siete jornadas debían ser como 'un play off' por la permanencia. Primer partido, primer triunfo. Es agradable comprobar que la flor de la fase de ascenso sigue intacta.
Los puntos sirven al Real Jaén para escapar de la zona de descenso, dos semanas después de caer en ella. Que dure. La fortuna negada en otras tardes sonrió al fin a los de Herrero. Por ese mecanismo engañoso del cerebro que nos hace reír con cada ley de Murphy recordamos más cuando algo sale mal que cuando lo hace bien, es decir, si triunfo es por mi talento y esfuerzo, si no una injusticia, mala suerte, los otros tienen enchufe. He aprobado (yo), me han suspendido (ellos). La liga es muy larga y al final salvo rarísimas excepciones coloca a cada uno en su sitio. El del Real Jaén hoy es en Segunda División A otro año más.
El final del partido destiló tal tensión y emoción que es difícil recordar qué pasó antes, como si se hubiera jugado hace un año, mil o en las cavernas. El Real Jaén no jugó el mejor encuentro, pero qué decir al respecto, era su primera 'final' y las finales no se juegan, se ganan.
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Incluso la jugada clave del penalti tuvo polémica. Un balón largo que enfilaba la línea de fondo perseguido por Jozabed, en cuyo camino se cruzó el brazo del meta Diego Rivas cayendo el sevillano. El árbitro no lo dudó, pero los jugadores del Tenerife y ex técnico del Real Jaén se quejaron con aspavientos. También en sala de prensa. Jona, partido gris hasta ese momento, tampoco dudó en coger el balón:este es mío, y nadie le replicó. No suele haber muchos voluntarios en momentos así.
Un poste y sufrimiento
Hasta ese instante sobre el césped se había visto un choque de poder a poder con ocasiones en ambas áreas, mejor el Tenerife en la primera mitad, peor en la segunda. Entre las sanciones, lesiones y los problemas físicos el Real Jaén salió con una defensa inédita (Gaitán-Hugo-Cruz-Kitoko) y como pasa con todo lo nuevo sufrió hasta hacerse con ello. Sobre todo por el lateral izquierdo, donde se cebó el equipo de Cervera, consciente del remiendo que suponía el diestro Kitoko, de esos jugadores con tanto brío que parecen que pueden jugar bien en cualquier puesto. Pero no. Lo pasó mal y por ahí pudo hacer un roto el Tenerife.
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No encontró demasiado apoyo en su interior y el central Cruz se vio obligado a descolgarse sin demasiado acierto. El hábil Ayoze sacó petróleo y todo el que se asomó por allí en la primera mitad. Encima faltaba Quesada por delante. En la segunda parte se tapó con ayudas el agujero y creció el equipo de Herrero.
El gol podía haber llegado antes de estar más acertado Curto, que se estrelló en el poste en el segundo palo e Israel en el rechace, o Jona en una 'semivolea' con la zurda que despejó el meta Diego Rivas. O en el segundo tiempo ya Machado, al poco de salir, en un balón muerto de córner cerca del área pequeña que lanzó a las manos del cancerbero y en un jugadón individual cuyo tiro final no encontró portería. El Tenerife también tuvo las suyas, pero pocas acabaron entre los tres palos y cuando sí ahí estaba un seguro René.
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El triunfo tiene más mérito si cabe por la entidad del rival, que llegaba como el mejor de la segunda vuelta con las cifras en la mano, candidato a todo que demostró cuajo y calidad para grandes retos. Es un equipo de Cervera, lo que vale como sello.
Es vital la victoria por los puntos de oro y más si cabe por cambiar la dinámica y captar adeptos. Cinco jornadas después el Real Jaén ganó. La primera de las siete batallas por la salvación, como rezaba una pancarta en el exterior del estadio. Quedan seis, tremendas (la próxima con el Madrid B, en descenso), y costará un mundo. Pero el mensaje que volvió a mandar ayer el equipo y el atestado graderío está claro:Jaén nunca se rinde.
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