Viaje en el tiempo en Casa Batlló

La visita a Casa Batlló promete transportarte de inmediato a principios del siglo XX, que es cuando fue convertida en lo que es hoy. Conoce lo que podrás esperar de su nuevo recorrido y la historia detrás de este lugar. Una experiencia única en el mundo que pondrá la tecnología al servicio de la historia y del arte.

Redescubriendo la historia

La nueva visita que prepara Casa Batlló para su reapertura, que coincide con el día de Sant Jordi y el Día Mundial del Libro, será un viaje en el tiempo a la época de Gaudí. El recorrido está organizado con toda una serie de proyectores y equipos audiovisuales para una experiencia realista, envolvente e innovadora.

Con ayuda de la realidad aumentada podrás sumergirte en los primeros años de la vida de Gaudí iniciando el recorrido en el salón de la casa. Allí conocerás cómo era su entorno cuando comenzó a conectarse con la naturaleza, que luego inspiraría tantas de sus obras. La última sala, por su parte, recoge la huella que ha dejado el catalán tras su muerte, con un repaso por sus mejores obras de arquitectura y diseño.

Pero, ¿cuál es el origen de Casa Batlló?

La construcción de la Casa Batlló culminó en 1875 y fue una creación del arquitecto Emilio Sala Cortés, quien casualmente fue profesor de Gaudí en la universidad. A inicios del siglo XX los Batlló, una familia catalana, la compran y deciden remodelarla. En principio los planes eran demoler y volver a construir, pero Josep Batlló confió la tarea a Antoni Gaudí, quien decidió hacer los cambios a partir de la estructura que ya existía.

Una casa que cuenta una historia

Buena parte del trabajo del arquitecto se centró en la fachada, el piso principal y la azotea. La fachada estuvo inspirada en la historia de Sant Jordi, quien, según la leyenda, mató a un dragón para salvar a la princesa de Montblanc. Al herir a la bestia con el filo de la espada, brotó un rosal de su sangre y llenó de rosas todo el pueblo.

Inspirado en aquel relato, Gaudí utilizó columnas que simulan huesos, como referencia a las vidas que ya se había cobrado el dragón antes de que Sant Jordi acabara con él. El tejado, por su parte, está hecho con lajas de colores que simbolizan la piel del animal, y a un lado hay una torre que termina en una cruz, representando la espada.

El resto de la construcción es una constante de ondas, luz y mosaicos de cerámica que dan la sensación de estar dentro de un mundo marino. Cada rincón está iluminado, el aire fluye por todos los espacios y los detalles están bien cuidados, desde el suelo hasta el último rincón de la azotea.

El recorrido inmersivo por Casa Batlló es un viaje a través de los ojos y la mente de este arquitecto, desde una de las mejores muestras del modernismo en Cataluña. La visita te mostrará, literalmente, la forma en cómo veía el mundo Antoni Gaudí. Y, por supuesto, para vivir esa experiencia pocos momentos podían ser tan representativos como este 23 de abril, día de San Jordi.