ERstos arqueológicos de El Castillejo de Los Guájares, con Guájar Faragüit justo enfrente. IDEAL

Los Guájares: un valle verde con cascadas, tres pueblos blancos y un estupendo puchero de hinojos

Lugares con encanto ·

La localidad, ubicada en el escalón interior de la Costa Tropical de Granada, guarda la historia de las batallas morisco-cristianas en el río de la Toba y esconde un entorno natural donde el agua es protagonista

daniel olivares

Granada

Jueves, 21 de octubre 2021, 13:04

Compuesto por tres núcleos de población, Guájar Faragüit -en el que se encuentra el Ayuntamiento-, Guájar Fondón y Guájar Alto, el valle de Los Guájares ... constituye todavía un enclave natural y paisajístico privilegiado en el litoral interior de la Costa Tropical de Granada. El topónimo Guájar se deriva del vocablo árabe Wa-run, que significa abrupto, escarpado, de difícil acceso. Por tanto, su denominación hace referencia a la casi inaccesibilidad de los tres pueblos. Tanto es así que su estructura y topografía implicaron en su momento una modificación del espacio físico. Se realizaron acequias de derivación y otras obras hidráulicas, así como el aterrazamiento del terreno para cultivos agrícolas. Estos sistemas de regadío aún perduran en la actualidad

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Sus primeros pobladores fueron probablemente almohades que vivían en alquerías. Con la reconquista, el territorio de este municipio fue repartido por los Reyes Católicos entre algunos de sus principales lugartenientes, correspondiendo Guájar Faragüit a Luis de Portocarrero y Guájar Fondón a Juan de Ulloa. Durante la llamada Guerra de las Alpujarras se vivió aquí uno de los episodios más sangrientos, al remontar las tropas del marqués de Mondéjar el curso del río Toba con la orden de pasar a cuchillo a cuantos moriscos encontraran a su paso.

Tras la expulsión de los moriscos y la posterior repoblación del lugar con colonos de otras regiones, las alquerías que hasta entonces ocupaban el valle quedaron reducidas a los tres Guájares actuales. Abandonado quedó el antiguo poblado fortificado existente en el pago conocido actualmente con el nombre de El Castillejo.

Guájar Faragüit, Guájar Fondón y Guájar Alto fueron hasta 1973 fueron municipios independientes. Son pueblos blancos de calles empinadas, situados en un enclave natural único. La maravillosa flora y fauna que envuelven a los tres publeos, lo convierten en un entorno ideal para la práctica del senderismo y el cicloturismo. El Barranco de Rendate es un lugar de obligada contemplación si nos acercamos hasta Los Guájares. Debe su nombre al bandolero árabe Rendati, que se escondía en sus alrededores. Caminos escarpados y refrescantes riachuelos invitan a explorar este impresionante espacio natural.

El Castillejo

El yacimiento arqueológico El Castillejo es un poblado fortificado almohade del siglo XIII, situado en el curso medio del valle del río de la Toba, frente a Guájar Faragüit. En el yacimiento pervive un conjunto de estructuras domésticas, la mayoría de ellas con un patio central, de gran importancia en la vida cotidiana de la época. Los muros construidos con la técnica del tapial se hacían con tierra arcillosa húmeda, compactada a golpes dentro de un encofrado de madera. El encofrado de madera era conocido como el tapial, y de ahí su nombre. Se dejaba secar al sol y a base de cincel se colocaban puertas y ventanas.

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El Castillejo de Los Guájares. IDEAL

Además de El Castillejo, la localidad cuenta con otros puntos de interés que le dan ese empaque de lugar con encanto. Interesante es conocer sus eras de trilla, terreno empedrado, normalmente circular, donde se trillaban los cereales primero para posteriormente aventarlos y así obtener el grano. Los Guájares cuenta con cuatro eras de este tipo: la de la Cruz, la Era alta de los Avices, la del Tejar y la Era de las Casas Altas.

Junto al río de la Toba, un kilómetro y medio antes de llegar a Guájar Alto, se encuentra El Merendero, un lugar para disfrutar de la naturaleza que cuenta barbacoas, mesas y bancos.

Chorreras y cascadas

Aunque sin lugar a dudas, el mayor espectáculo natural que ofrece Los Guájares son sus chorreras y cascadas. Por un lado está la Chorrera de los Corrales, situada bajo dos antiguos cortijos, el del Prado y el del Chorreo, en la cabecera del río de la Toba, y con una altura de 70 metros y 120 de ancho, es una maravilla de la naturaleza. Por otro están las Chorreras de la Cucharera, formada por varias caídas de agua; las dos primeras discurren a lo largo de un pequeño barranco, la última de ellas está abierta al valle, y tiene varias fuentes que surgen de la roca. Sus aguas son las de la Rambla de las Albuñuelas y son subterráneas.

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Además, cuenta con dos cascadas dignas de ver: la del Merendero, que tiene su origen en una antigua fábrica de luz situada unos metros más arriba, y la Cascada de la Toba, situada en el paraje de la Quiebra, dos kilómetros antes de llegar a Guájar Faragüit, que tiene una espectacular caída de 80 metros.

Tampoco hay que marcharse de Los Guájares sin admirar el Castaño de Jurite, con una edad aproximada de 350 años. Su tronco tiene un diámetro de 6 metros y la copa del árbol llega a los 30 metros de altura. Se puede visitar al pie de la Guindalera, al norte de la sierra del Chaparral, en la zona de Jurite.

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Terraza del Bar Carmen, en Guájar Alto.

Si después de recorrer todos los rincones de Los Guájares se nos abre el apetito, nada mejor que sentarse a la mesa del Bar Carmen, en Guájar Alto, una casa de comidas caseras que es un disfrute para los amantes de la gastronomía andaluza más tradicional a y, sobre todo, de los platos de cuchara. Su puchero de hinojos es una delicia. Y no se quedan atrás el pollo asado, el choto, el cordero o el conejo. Los pucheros y los cocidos son también la especialidad de Casa Pilar, en Guájar Faragüit.

Y si queremos pernoctar para disfrutar más de un día estos pueblos blancos de la Costa Tropical, en Guájar Faragüit se encuentra Villa Alborada, un alojamiento rural que cuenta con capacidad para diez personas -gracias a sus cinco habitaciones dobles- salón con chimenea de leña y estufa de pellets, terrazas, porche, piscina, barbacoa, zona de aparcamiento y bonitas vistas al río de la Toba y a las montañas.

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