Ruta entre pozas, saltos de aguas y restos arqueológicos en Montefrío

Una vez que se llega a Montefrío, hay que aparcar el vehículo y dirigirse hacia el paraje conocido como La Enrea, donde encontramos un pequeño hotel con encanto con ese mismo nombre construido sobre un antiguo molino. En este punto encontraremos el inicio del sendero, bien señalizado, que nos llevará entre olivares y pinares, hasta llegar al paraje de la 'Torre de los Guzmanes', desde donde parte un segundo sendero, con una gran pendiente en la que es necesario extremar la precaución.

El camino discurre hasta la pista asfaltada del Arroyo de los Molinos, junto al curso del río, y donde se pueden admirar saltos de agua y pozas. Si el tiempo lo permite, es posible el baño. En este punto se gira a la izquierda y el sendero se diriga hacia los antiguos molinos harineros de Los Pelaos, los de hierro, de Nicolás y del Batán. Posteriormente se llega hasta la carretera comarcal Íllora-Montefrío (GR-3410), que hay que cruzar, y seguir hasta enlazar de nuevo con el carril de tierra.

En este punto se inicia otra vez el ascenso hasta el Cementerio Visigótico del cerro de Castellón, en la conocida como la Peña de los Gitanos, donde se concentran la mayor cantidad de restos arqueológicos de diferentes épocas de todas la provincia. La ruta continúa hasta llegar al Cortijo de Castellón. Giro a la izquierda y después a la derecha, a la altura del barranco del mismo nombre, y se enfila hasta el cementerio de Montefrío. e Se cruza la carretera y se gira otra vez a la derecha, por un camino que lleva hasta la Ermita del Calvario, donde las vistas son espectaculares. Un alto aquí es una buena idea para reponer fuerzas y tomar una fotografías.

Descendiendo por el barrio antiguo de la ermita se llega de nuevo al casco urbano de Montefrío, un pueblo que merece la pena visitar, no solo por sus maravillosas vistas, sino también por su oferta gastronómica y monumental.