Un viaje 'entrentenido'
«No parece suficiente que trasladarse hasta Madrid o venir desde allí hasta Almería nos lleve una jornada laboral. Los nuevos 'extras' están mucho más conseguidos y pueden extenderse hasta las doce o las treces horas (...) ¿Quién da más por menos?»
David Baños
Periodista
Domingo, 31 de agosto 2025, 22:51
Ya no me cabe duda, Renfe está cambiando el concepto de viajar en tren, para convertirlo en un servicio como nunca antes lo hubiésemos imaginado. ... Los continuos problemas en líneas de alta velocidad a lo largo y ancho de todo el país no son nada comparados con las 'exclusivas' prestaciones que nos tiene reservadas a los almerienses. Lo nuestro es viajar, pero a otro nivel, turismo 'experiencial', como lo llaman ahora los modernos. Va más allá de la aventura extrema y tiene que ver con las emociones.
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No parece suficiente que trasladarse hasta Madrid o venir desde allí hasta Almería nos lleve una jornada laboral. Los nuevos 'extras' están mucho más conseguidos y pueden extenderse hasta las doce o las treces horas ¿Quién da más por menos? Cada trayecto suele costar entre 30 y 50 euros, más o menos como un concierto de verano o un partido de fútbol de segunda división, actividades que no duran más de 90 o 120 minutos ¡No hay color!
Resulta que durante el último fin de semana un amplio grupo de unos 200 elegidos, fueron agraciados con un viaje que nunca olvidarán. Cogieron su tren en la estación de Huércal de Almería para poner rumbo a la capital de España y «en un lugar de La Mancha» de cuyo nombre no querrán acordarse, un incendio en el último vagón obligó a parar el tren y desalojar sin equipaje a todos los pasajeros.
A pleno sol del mediodía de agosto, en una llanura manchega, los usuarios no podían salir de su asombro, mientras llegaban efectivos sanitarios y de la Guardia Civil. Para que la aventura no decayera, tuvieron que andar siguiendo las vías, hasta que otro tren, que venía de Córdoba y se dirigía a Ciudad Real los recogió. Como no eran suficientes tantas emociones en tan poco tiempo, una vez subidos se dieron cuenta de iba que lleno y les tocaría viajar de pie, como cuando uno coge el autobús en Obispo Orberá para ir a la playa de El Zapillo.
Después de otro cambio de tren conseguirían llegar a la estación final, pero habiendo invertido prácticamente el doble de tiempo, para un trayecto que en condiciones normales ya es demasiado largo. Les dieron un bocadillo y una botella de agua, como compensación, pero no llegó para todos porque sólo había 150 disponibles. No es posible que el servicio ferroviario de Almería sea tan rematadamente malo, no me lo quiero creer. Por eso debe tratarse de una estrategia revolucionaria que no alcanzamos a comprender hoy y que en el futuro nos deslumbrará.
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Hace unos días los pasajeros de esta misma línea fueron recibidos en la estación huercalense con claveles, a modo de disculpa por las incomodidades de este servicio. Fue la manera de protestar desde la Mesa del Ferrocarril, que lleva años insistiendo en la necesidad de que los almerienses y los que nos visitan recibamos un mejor trato.
Se suman décadas y más décadas esperando un AVE que no llega. Ya sé que las obras están muy avanzadas, ya he visto los tramos, los túneles, los puentes, … pero es que cuando todo esto empezó yo estaba iniciándome en la vida laboral y ya estoy más cerca de ir pensando en cuándo podré jubilarme. Durante dos o tres años seguiremos sin ver más aves por aquí que los flamencos de Cabo de Gata y, visto lo visto, padeciendo los efectos de un muy deficiente servicio, más propio de las películas del lejano oeste rodadas hace años en el desierto de Tabernas.
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Esta situación está lastrando el crecimiento y el desarrollo económico de toda la provincia, especialmente en lo referente al turismo. Almería lo tiene todo para que este sector triunfe, lo que faltan son turistas y para que lleguen necesitan trenes en condiciones normales y aviones a precios asequibles. Mientras esto no se resuelva seguiremos siendo la única isla del mundo que no está rodeada de agua por todas partes, pero tampoco de buenas comunicaciones.
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