Vacunas y patentes

Antonio Papell

Lunes, 9 de agosto 2021, 23:17

El pasado mes de mayo, Joe Biden, después de una ardua discusión en el seno de su gobierno y con las grandes farmacéuticas de su ... país, se mostró dispuesto a apoyar la propuesta que varios países, entre ellos India y Suráfrica, han presentado ante la OMC para suspender temporalmente la propiedad intelectual de las vacunas contra la covid-19. Aquella iniciativa no ha prosperado, entre otras razones porque la Unión Europea se ha mostrado remisa en las negociaciones de Ginebra de junio pasado a pesar de que mientras Europa camina hacia la inmunidad de rebaño en pocas semanas, los 29 países más pobres del mundo solo han recibido el 0,3% de las dosis producidas a nivel mundial. El Papa, el Dalai Lama, conocidas estrellas de Hollywood, varios Nobel de la Paz y un centenar de gobiernos apoyaron la idea. El 10 de junio, el Parlamento Europeo se pronunciaba a favor de la suspensión temporal de la propiedad intelectual, pero la Comisión no ha dado el brazo a torcer. El debate, visceral, ha sido hasta ahora político y no ha tenido en cuenta aspectos relevantes. El gran éxito de la pronta puesta a punto y distribución de varias vacunas se debe a la existencia de una potente industria farmacéutica en el mundo, y a una investigación muy avanzada en centros universitarios públicos y privados auxiliados generosamente en esta ocasión por los Estados. Ha funcionado, en fin, la colaboración público privada. Ya hay vacunas y posibilidad de producirlas en cantidades suficientes. ¿Y entonces? Pues muy sencillo: lo que falta es dinero. Biden ha prometido regalar a la comunidad internacional cien millones de vacunas… Los expertos aseguran que la vacunación de todos los habitantes del planeta costaría 1,5 billones americanos de dólares (1.500 millones de euros).

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