Un tranvía llamado cachondeo

De vez en cuando se deja caer por aquí un consejero, consejera, ministro, ministra, como si el mundo lo hubieran inventado cuando le nombraron. Y llega con su sonrisa adanista de propaganda, a vendernos la burra, ya vieja, de un acceso a Geolit cinco años después de aprobarse el proyecto técnico para unas obras de catorce meses. Más vale tarde que nunca, sí, pero tarde, muy tarde, para impulsar un parque de empresas, de tecnología y de empleo que necesitamos como el comer. Que son el comer. Migajas, granos para los gorriones, mientras alimentan generosamente a otras provincias.

Y nueva fecha para el tranvía del vuelva usted mañana, el de la vergüenza nacional, de reírse por no llorar. El tranvía de 2021, 2022, 2023, 2024 y ahora de 2025 (con rima), a la par que en la vecina Granada, tierra de consejeras del ramo, adjudican la prolongación del suyo y las obras empezarán el mes que viene, como en Málaga o en Sevilla, que en Jaén las cosas son siempre más difíciles. Y eso que el tranvía ya está hecho.

Otro año más. Antes no habría pasado nada. Total, ya van trece y no han sido capaces de arrancarlo. Pero Carmen nos enseñó el camino, ¡te alabaré, te alabaré!, y el coro de voces, privadas, públicas y publicadas, se elevó de indignación. Hasta el punto de que el presidente de Jaén Merece Más le hizo una llave de judo a su hombre en el Ayuntamiento, comprensivo primer teniente de alcalde con los plazos de la nueva consejera, en lo que puede ser el inicio de un tiempo más exigente con la Junta ante el riesgo de acabar como Ciudadanos.

Hartos de estar hartos, lo que sublevaba de 2025 no es el nuevo retraso sino el cachondeo. Y nadie se lo creerá hasta que lo vea, 'res, non verba', y eso que esta vez tiene visos de realidad: es la primera vez que Junta y Ayuntamiento los gobierna el mismo partido (salvo el primer semestre de 2019, que no dio tiempo) y en 2026 habrá elecciones autonómicas. Además, Juanma Moreno se lo dijo al nuevo alcalde, 'tú y yo nos montaremos en el tranvía'. Con el anterior alcalde no podía ser, Putin invadió Ucrania, los precios de las materias primas y la energía subieron, las empresas no pujaban a los precios que la Junta puso para ponerlo a punto, y tal y tal. Ahora sí se puede. Ya no hay guerra ni inflación, como todo el mundo sabe. Hasta la consejera lo dejó claro que su «compromiso con el alcalde» es que circule en 2025. Con el alcalde. Blanco y en tetrabrik.

La Junta de Juanma, o de Antonio Sanz como desveló/apuntó el primer teniente de alcalde, sigue con un presidente sin oposición y centrado en la amnistía y la igualdad de los españoles. La de los andaluces ya es harina de otro costal, agrandada la brecha entre provincias de primera, segunda y hasta de tercera división RFEF, arrimando la sardina de la educación y la sanidad al ascua de quienes tienen taco, y padrino, o no te bautizas, ni te curas, con listas de desesperación hasta para ir al médico de cabecera, o los 1.300 profesores de 'refuerzo' con los que han enjugado las bajas habituales por jubilación o excedencia. ¿Dónde está la bolita? O los estudiantes de música que amenizaron uno de los habituales retrasos del tren a Sevilla, para satisfacción y regocijo del presidente andaluz, 'of course', mientras en Jaén seguimos esperando, más años incluso que el tranvía, la sede del Conservatorio Superior de Música, que los anteriores no fueron capaces de iniciar y los actuales ejecutan las obras tan pianísimo que alguna dimisión ya hubo, aunque con sordina.

Carmen nos enseñó el camino. Avisados quedan. Lo comprobarán si el Presupuesto General del Estado para 2024 es tan raquítico como el de 2023, si es que hay Gobierno. O cuando digan, si lo dicen, los años que quedan para la conexión de Jaén con el AVE.

¡Te alabaré, te alabaré...!