¡Susto o muerte!

¿Habrá caído el señor Escrivá en que él mismo se verá afectado? No se le vio muy preocupado, incluso se le escapó alguna risa a posteriori, cuando trataba de enmendar su error, pero sin conseguirlo. Tal vez ha echado cuentas y ha visto que a él sí le salen los números. Después de una larga trayectoria profesional en puestos de primer nivel, por mucho que tenga que sacrificar… También puede ser que opte por estirar su vida laboral, al fin y al cabo, tampoco va a tener que picar piedra a pleno sol en el mes de agosto.

Cómo un tipo de Albacete, con la buena gente que ahí allí, en el Nueva York de la Mancha, nos puede dar semejante disgusto en pleno verano y en plena desescalada. A uno se le corta el cuerpo solo de pensarlo. Toda la vida contribuyendo, para que nuestros pensionistas puedan tener un vida digna y ahora van y nos dicen que precisamente nosotros tendremos que sacrificarnos.

Imagínese, querido lector, una gran empresa en la que el día antes de que sus empleados se vayan de vacaciones lanza a su director de recursos humanos a contarle a los empleados que tienen dos opciones: irse menos días de vacaciones o marcharse igualmente, pero sin cobrarlas. Piense en su jefe advirtiéndole de que este año si quiere cobrar lo mismo tendrá que echar más horas o seguir trabajando las mismas, aunque con una rebaja de su salario.

¡Vaya manera de dar buenas noticias! No hay mejor forma de desmotivar a los trabajadores. La cosa adquiere tintes más desagradables si nos detenemos a pensar en el año largo que llevamos de pandemia, con la difícil situación sanitaria que hemos venido atravesando, la pérdida de personas queridas, de empleos o las dificultades de las empresas para salir adelante ¿Era el momento de hablar de esto?

En economía para mejorar el balance siempre se puede optar por dos vías: reducir los gastos o incrementar los ingresos. Por lo general lo que mejor funciona es hacer un mix con las dos variables ¿Dónde está el plan para hacer crecer la bolsa de la seguridad social? Cuando tratan de explicar que el problema es demográfico nos mienten, porque se olvidan de contarnos que a lo largo de nuestra historia democrática, la hucha de las pensiones se ha roto siempre que ha hecho falta dinero contante y sonante.

Meten la mano en la caja para sacar, pero siempre se les olvida reponer. Al ministro sólo le faltó decir algo así como «y dad gracias que os hemos vacunado, porque os podíamos haber dejado a merced del coronavirus y arreglar así este marrón». Si nadie lo remedia en los próximos veinte años, me veo obligándolo a tener que soportarme por esta páginas hasta lo setenta y pico años. Escrivá, si no lo haces por mí, hazlo al menos por los lectores, que se lo merecen todo y bueno.