Rules que te Rules, el cuento de nunca acabar

Si se cumplieran las reivindicaciones de la Costa, la economía de la zona recibiría el necesario impulso para generar nuevas expectativas a sus ciudadanos, que llevan esperando años una buena noticia que nunca llega

Agustín Nuño

Viernes, 17 de diciembre 2021, 23:56

Nuestra provincia tiene belleza a raudales, un entorno natural privilegiado y es considerada un mini continente climático en el que puedes pasar de la nieve ... a la playa en menos de una hora. Pero, seamos sinceros, la protesta en defensa de lo nuestro no es uno de nuestros fuertes. Por eso, tiene aún más importancia la manifestación convocada por la Plataforma por las Infraestructuras de la Costa Tropical, que hizo suyas por unas horas las calles del centro de Granada.

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La agricultura, el turismo, el transporte y la logística son los tres sectores económicos más beneficiados si en algún momento se finalizaran las canalizaciones del embalse de Rules-Béznar, se construyeran los espigones para defender la arena de las playas y se conectara la ciudad de Granada con el Puerto de Motril. Pues bien, tanto que cacarean desde el Gobierno central la recuperación económica, a buen seguro que si se cumplieran estas reivindicaciones la economía de la Costa Tropical recibiría el necesario impulso para generar nuevas expectativas a sus ciudadanos, que llevan esperando años una buena noticia que nunca llega.

Desde Madrid siempre han utilizado las mejores palabras para circunvalar esta realidad hasta convertirla en una reivindicación histórica. Escuchando a los protagonistas de la manifestación, algunos lo califican como una reclamación legendaria. Yo, más bien, hablaría de una reivindicación justa. Lo era hace más de 20 años, cuando comenzó a hablarse en los pueblos de nuestra costa de la necesidad de que llegara agua desde Rules hasta los cultivos subtropicales. Y, ahora, en 2021, con la creciente escasez de agua y una posible declaración de sequía en pocos meses, más todavía.

Por cierto, los granadinos tenemos la orgullosa patente de la malafollá, tal y como pude confirmar en otros manifestantes con la retranca más a mano para definir la presa de Rules como la mayor piscina de Europa sin uso alguno.

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Respecto a la cuestión de los espigones, esta actuación sería posiblemente la más barata y con unos resultados más llamativos a corto plazo de las tres principales reivindicaciones de esta manifestación. Traducido a los términos que mejor entiende el Gobierno de coalición, esto es un bombón propagandístico con los que que tan bien se maneja Pedro Sánchez. En cambio, ni por esas se animan a arremangarse y meterle mano a este embolado.

Todos los que visitamos las playas de la Costa Tropical somos conscientes de que hay un problema endémico con la arena de las playas, un mal al que deben hacer frente los Ayuntamientos del litoral granadino con sus propios recursos varias veces al año, tantas como el mar se enfurece y acaba literalmente con ellas.

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Respecto a la tercera reivindicación, que Motril sea el único Puerto del Estado sin conexión ferroviaria es, cuanto menos, doloroso para sus habitantes y sangrante para los representantes públicos que no han sabido articular unas infraestructuras a la altura de la Costa Tropical.

Los propios convocantes de la manifestación saben que el proyecto de unir por ferrocarril nuestra capital con el puerto de Motril es el más ambicioso y, sobre todo, el más caro, ya que prácticamente no hay nada hecho, salvo algún proyecto en plano de la UGR que no tuvo continuación real en el ámbito público.

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Al menos, esta manifestación ha logrado poner de acuerdo a los principales representantes políticos de nuestra provincia, además de las organizaciones empresariales y sindicales, para ponerse detrás de la pancarta y por un día remar en la misma dirección para presionar al Gobierno central y que éste afronte de una vez las más que justificadas peticiones de la Costa Tropical, cuyos habitantes han sido los grandes olvidados durante décadas por parte de una administración siempre más pendiente de lo que se cuece en la ciudad de la Alhambra que en las comarcas de nuestra provincia.

Por cierto, estoy plenamente convencido de que estos ciudadanos no tienen ningún interés por la continua pugna por el relato sobre quién ha tenido más culpa de que las cosas no se hayan hecho bien hasta ahora. Porque, a pesar de este abandono por parte del Estado, nuestros pueblos del litoral tienen un empuje económico y social que les ha permitido crecer a pesar de todos los obstáculos que se han encontrado por el camino.

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Quiero finalizar esta reflexión con un refrán que se me ha venido a la mente viendo las imágenes de la manifestación: «Nunca es tarde si la dicha es buena». O sí, si es muy tarde. Veremos.

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