Otra vez en Francia, mira tú, donde la civilización. Después de Pelicot, un tipo de Dijon. Parece que un hombre, de 62 años, emborrachó a ... su mujer, de 44, para que otros tuvieran relaciones sexuales con ella. No recordaba nada salvo haber bebido. Uno de los participantes tuvo dudas y levantó la liebre (la 'lièvre'). Fue a la policía y dijo que salía de un 'rendez-vous libertin'. Que una mujer le había hecho una felación, pero dudaba sobre su estado de consciencia y su nivel de consentimiento.
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Una barbaridad, pero teniendo en cuenta que fue de una tacada, no es ni parecido a lo de Gisèle Pelicot. Digamos que se queda en violación múltiple, como la sufrida por muchas mujeres. Una noche de pesadilla. O no. Si acaso, se parece en que ninguna se acordaba. Escribió MFK Fisher que en Dijon el aroma del pan de jengibre se le metía por la ventana con la consistencia de una cortina de felpa. La degradación humana tiene la consistencia del hormigón.
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