Don Quijote en China
Una tesis de gran trascendencia en el espacio del cervantismo mundial, a la que no dudo en calificar de verdadero y modélico monumento de la filología contemporánea
A los lectores más escrupulosos del 'Quijote' nunca se les escapó la dedicatoria que de la segunda parte el autor ofrecía a su mecenas el ... Conde de Lemos, donde una vez más demuestra su fino humor y genialidad. Le reafirma Cervantes al Conde que ya tiene en sus manos la prometida reaparición del hidalgo con la que aplacará las ansias de los lectores, ávidos por seguir las andanzas del personaje, y sus amarguras ante el falso texto intruso de Avellaneda. Y la manera que ofrece Cervantes de señalarle con un ejemplo al Conde ese espacio de expectativas es a través de una hipérbole en la que invoca el horizonte más lejano y exótico para el acontecimiento. Se refiere don Miguel al gran Emperador de la China, del que dice acabar de recibir una carta «en lengua chinesca» suplicándole le enviase la continuación del 'Quijote', porque quería fundar una institución donde se aprendiese la lengua castellana, cuyo libro de lectura sería el de la historia del Ingenioso Hidalgo; y además su Majestad le ofrecía el puesto de director de ese colegio, a todo lo cual dice renunciar Cervantes al cerciorarse de que tal honor no conlleva ninguna ayuda económica, de que tan necesitado estaba.
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Ha tardado en cumplirse el proyecto de Instituto anticipado por Cervantes, algo así como cuatro siglos, pero la verdad es que a nuestro gran novelista solo le faltó añadir cómo un rector de ese Instituto, poeta de Dauro y Genil, inauguraba una nueva sede del proyecto en Sechuan, por ejemplo. Y me permito aludir a Sechuan porque creo que justamente de esa región de China es la alumna del Máster de Estudios Literarios y Teatrales que, sabiamente dirigida por el profesor Paredes Núñez, acaba de defender su tesis en nuestra Universidad sobre el tema 'La traducción y recepción de Don Quijote en la China del siglo XX'; una tesis de gran trascendencia en el espacio del cervantismo mundial, a la que no dudo en calificar de verdadero y modélico monumento de la filología contemporánea. Y ello va a significar un justo reconocimiento, sin duda universal, a la joven investigadora Mengyun Chen, que se ha empleado a fondo con verdadero entusiasmo, a su director, que ha sabido ayudarle y mantenerle el ánimo en estos cuatro años tan difíciles, y a nuestro Máster que tan buenos frutos viene dando desde su creación (y este puede que sea el punto culminante que lo va a hacer definitivamente muy visible a los cuatro vientos) y, claro es, a la Universidad de Granada, que debe sentirse muy orgullosa de que en su seno se haya producido un hito histórico dentro de los estudios literarios hispánicos y chinos.
Y es que esta tesis viene a llenar un vacío importante en los estudios sobre el Quijote, que con este inmenso esfuerzo deja resuelta la necesidad de una monografía sistemática, panorama histórico completo del asunto en cuestión, lo que además significa que a su estela otros investigadores vendrán a profundizar en el estudio específico de cada una de las más de cincuenta traducciones y adaptaciones chinas que se manejan en este trabajo, a muchas de las cuales ya su autora aplica con adecuada finura lingüística los conceptos de 'domesticación' y 'extranjerización', en consonancia con la idea de traducción como reescritura; todo ello especialmente fructífero en su aplicación a los hábitos de traducción y adaptación del 'Quijote' en China en un siglo tan convulso y de complejo e inestable desarrollo literario y cultural debido a la muy importante presencia de los condicionamientos ideológicos. Por eso, parte importante de las traducciones estudiadas la dedica la autora a su recepción, a las críticas recibidas y a las muy abundantes polémicas generadas a su publicación.
Por otra parte, su lectura se vuelve apasionante al ser un texto muy bien escrito en un español más que correcto, fluido, e incluso brillante, en el que, entretejido con el tema fundamental, como es el de dar debida cuenta de todas las traducciones chinas del 'Quijote' en el siglo XX, pues antes no las hay, (desde el par de capítulos traducidos por Ma Yifu en 1905 y 'La biografía del caballero loco', de Lin Shu, a las grandes traducciones, íntegras o directas, de Fu Donghua, 1959, y Yang Jiang, 1978, respectivamente), la autora las estudia y sitúa razonadamente en su contexto político-cultural, con lo que a la vez nos ofrece una historia contemporánea compleja de ese inmenso país en seis capítulos que se corresponden con las seis etapas político-culturales en que se puede dividir su historia, desde la caída de la última dinastía imperial, la dinastía Qing, a finales del siglo XIX, hasta la última Reforma y Apertura en el último siglo, pasando por el Movimiento de la Nueva Cultura, la Segunda Guerra chino-japonesa, la Fundación de la República Popular China y la Revolución Cultural.
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De todo el gran conjunto de datos, referencias, historias, planteamientos, análisis minuciosos, razonamientos, descubrimientos, estudiadas síntesis y juicios críticos, selecciono como final de mis palabras la imagen en acción de esa traductora valiente del 'Quijote' que, acusada de «autoridad académica burguesa», ve interrumpido su trabajo, destinada a limpiar los baños públicos y a ser reeducada ideológicamente, lo que la obliga a traducir a escondidas y a ratos perdidos, después los originales acaban siendo confiscados, los encuentra en un trastero de unas oficinas estatales, y no los puede rescatar, pero ella sigue perseverante hasta que en circunstancias ya favorables puede culminar su empeño en una traducción de la que se imprimirán en menos de cinco años cerca de doscientos cincuenta mil ejemplares, uno de los cuales fue regalado por el presidente de China a nuestro Rey Juan Carlos.
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