PSOE sin Dios

Dostoievsky, simpatizante del socialismo utópico, decía que «si Dios no existe, todo está permitido»

José Manuel Palma Segura

Almería

Lunes, 30 de enero 2023, 23:07

No se preocupen, que no les daré la paliza hablando de las desdichas de la vida política. De hecho, se trata de un tema que ... me aburre en demasía. Pero cuando alguien se mete en lo regado, como mínimo hay que darle un toque de atención. Para quien no tenga constancia, la semana pasada, el señor Patxi López, miembro del PSOE, se calentó un poco en su intervención a la hora de defender el aborto. Y, citando literalmente sus palabras, dijo: «No hay ni Gobierno ni Estado ni Dios que pueda decidir sobre el cuerpo y la vida de las mujeres». Se quedó en la gloria, desde luego. Con razón decía mi abuela, que en paz descanse, que lo peor en este mundo era un tonto arrancado. Y así es, porque eso fue lo que hizo este señor: el tonto. Y quien piense que le estoy faltando el respeto, perdone que le diga que no es así. Ha sido este señor y los que le aplaudieron fervorosamente, quienes le dieron una bofetada a mano abierta a todos aquellos votantes que se confiesan cristianos socialistas.

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De hecho, tal y como recoge Rafael Díaz-Salazar en su libro 'La izquierda y el cristianismo', el Evangelio ha sido una de las fuentes originarias y recurrentes de la izquierda en todo el mundo. Es más, según este autor, el cristianismo hizo posible que el socialismo no se quedara anclado en el materialismo marxista, el cual expulsó de su órbita a la fuente de su inspiración, dando como resultado los oscuros episodios que este partido ha escrito a lo largo de la historia de la humanidad. Suele pasar en todos los ámbitos de la vida. Cuando los hijos se rebelan contra los padres, las consecuencias suelen ser funestas para los pequeños verdugos, pues se tiran piedras sobre su propio tejado. Quizás por eso, y otras muchas razones, los partidos laboristas y demócratas anglosajones, apunta Díaz-Salazar, permanecieron, históricamente, vinculados a lo cristiano. Incluso, diversas tradiciones e instituciones de izquierda en todo el mundo reincorporaron la fuente cristiana a lo largo del siglo XX. Pero he aquí, en los albores del siglo XXI, que nos encontramos con la sorpresa en palabras de un hipotético socialista: «Ni Dios…». Esto quiere decir que las bases que sustentaban a esta formación política han quedado abolidas para erigir la efigie de un nuevo dios ¿Pedro Sánchez, tal vez? Tendría guasa la cosa. Pero bromas a un lado, lo que está claro es que estos personajes ya no son el altavoz de un sector importante de sus votantes. Y conste que lo único que he hecho ha sido contraponer lo que se aplaudió la semana pasada con lo que predica el Grupo Federal de Cristianos Socialistas.

Es curioso, pero Fiodor Dostoievsky, simpatizante del socialismo utópico, decía por medio de uno de uno de los hermanos Karamazov que «si Dios no existe, todo está permitido». Algo que explicaría todas las tropelías que ha perpetrado el Gobierno en su reciente mandato. Quede claro que en ningún momento insinúo con este artículo que la salvación viene de la derecha. La salvación solo viene de Dios, le pese a quien le pese. Aunque eso sí, recuerden los cristianos, sean del color que sean, que Jesús nos dijo: «Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria de su Padre».

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