La pobreza de la pandemia

Al margen de los cómputos oficiales de la renta y la riqueza, la situación real del país se desprende del papel que juegan en cada ... momento las organizaciones filantrópicas que resuelven las necesidades básicas de los ciudadanos. El informe de Cáritas 'Un año acumulando crisis' muestra un 2020 desolado, en el que se revela que la petición de ayuda durante la crisis sanitaria y económica del coronavirus aumentó un 57%; además, una de cada tres personas que acudieron a Cáritas no lo había hecho nunca antes o no lo acudía desde hacía años. Ha surgido, en fin, una nueva pobreza, consecuencia del hundimiento de las clases medias heridas por la pandemia, que han tenido que recurrir a la beneficencia porque ha fallado la herramienta que se había diseñado para evitar la crisis social: «El ingreso mínimo vital no acaba de arrancar; debería de ser imprescindible pero alcanza sólo al 3,6% de las personas atendidas por Cáritas, y al 12,8% de estas personas les ha sido denegado», expuso Cáritas, en un dibujo despiadado de la ineficiencia de las instituciones públicas. Son estos datos, y no las grandes cifras estadísticas, los que deberían servir al Gobierno para impulsar el reequilibrio social tras la tragedia.