Pensar en la Vega

Puerta Real ·

Me pregunto a menudo si esta especie de milagro está suficientemente protegido, si quienes se obstinan en seguir cultivando sus tierras se sienten apoyados, si...

mª Dolores fernández fígares

Miércoles, 30 de diciembre 2020, 00:31

Ahora que celebramos una nueva vía rápida para descargar de atascos la circunvalación, a falta de nuevas rutas de metro, o pequeño tren, quizá sería ... oportuno ponernos al día de la situación de nuestra Vega, ese extenso jardín, milagrosamente vivo todavía. Entre los encantos de esta ciudad sin par se encuentra la facilidad que nos ofrece a todos para encontrarnos con la naturaleza, apenas nos lo proponemos, sin tener que irnos lejos de casa.

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A estas alturas de la pandemia, estamos en posición de descubrir sus secuelas saludables y una de ellas es buscar los lugares donde puedes sentir la fecundidad de la tierra, las aguas rumorosas de las acequias, los huertos cuidados con mimo, sin olvidar el constante Genil, protagonista de toda esta historia, con sus pequeñas cascadas y el agua tan transparente. Y al fondo, la madre Sierra Nevada, presidiendo con su enorme manto blanco. A escasos metros de esas autovías por donde circulan veloces vehículos, basta con adentrarse en el maravilloso laberinto de carriles, que sortean las huertas para acceder a otra dimensión. En seguida te reencuentras con ese silencio característico del campo en invierno, empiezas a identificar otros sonidos más sutiles que te llenan de serenidad y te olvidas de las prisas y los ruidos. Estos efectos tan especiales se producen incluso cuando te has propuesto recorrerlos corriendo, o en bici. Se me ocurre pensar que muchos de los caminantes que transitan por los laberintos que forman los carriles han descubierto no hace mucho tiempo esa oportunidad que la bella Granada ofrece a sus habitantes, pues antes no eran tan numerosos los paseantes, ni siquiera los fines de semana.

Me pregunto a menudo si esta especie de milagro está suficientemente protegido. Si quienes se obstinan en seguir cultivando sus tierras se sienten apoyados, si está garantizada la supervivencia de ese pulmón de la ciudad, que no ha dejado de perder hectáreas año tras año, a medida que las urbanizaciones iban brotando, con más beneficios que la venta de ajos, o de tabaco, cultivos tradicionales ya desaparecidos. Esta mañana, sin ir más lejos se ofrecían unos espléndidos tomates y otros frutos, a pie de carretera. Y los veloces cacharros que circulaban entre los pueblos de la zona, se detenían para proveerse de alimentos sanos, de nuestra tierra.

He intentado indagar sobre si hay algún indicio que señale que nuestros administradores de las diferentes instancias están en el asunto, si hay algo que pueda llamarse 'Plan de protección de la Vega de Granada' o algo semejante. Mis peores sospechas se confirmaron: desde 2017 no hay documentos que lo indiquen, en las páginas oficiales de la Junta de Andalucía. O sea, que está como en suspenso, a la espera de que la exposición pública, (que por cierto finalizó en 2018), con sus alegaciones, de paso a otras fases más ejecutivas. O que lo revisen como están haciendo con el Plan General de Ordenación Urbana de la capital. Pero eso es ya otra historia.

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