Pedro también llora

Marcial Vázquez

Politólogo

Jueves, 25 de abril 2024, 23:34

Pedro Sánchez es, sin duda, el elemento más tóxico, amoral y totalitario que ha dado la política española en democracia, digámoslo así, por no hablar ... de en toda nuestra historia. Lo peor de Pedro no es que sea impredecible, sino que es imposible calcular con certeza todo el daño que ha hecho y que le queda por hacer. Yo creo que dice la verdad cuando escribe que él nunca ha tenido apego al poder, porque en realidad lo que siempre ha querido, deseado y para lo que ha trabajado sin descanso es para ser él «el poder». A Pedro le encantaría ser nuestro nuevo Caudillo, progresista sin duda, y es el típico líder que si hubiese surgido hace 50 u 80 años nos habría llevado, gustoso, a una guerra civil.

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Como escribió hace años en su editorial «el País», es un insensato sin escrúpulos que ha dado un paso más en su carrera contra la democracia liberal: convertirse en un mártir de la nueva izquierda y señalar como extrema derecha y fascistas a todos aquellos que no estamos dispuestos a arrodillarnos ante él ni a ponernos el burka sectario con el que pretenden amortajarnos sus siervos de partido y sus medios mamporreros.

La carta presidencial, en sí, es una patada más a la naturaleza del derecho y de la democracia, pero lo que está siendo absolutamente bochornoso es el nivel de arrastre y de indignidad en el que están compitiendo diputados, periodistas, aspirantes a secretarios de Estado y mindundis de todo tipo, para ver quién consigue la mayor loa y la mejor lamida de trasero de toda la Península. A lo mejor hay quien tenga estómago para escribir un artículo recopilando los mejores peloteos al Paudrillo, pero no tienen nada que envidiar a los que recibía Franco en el Pardo. Otra cosa es que entonces no había tuiter ni libertad de elección; por ahora, nuestro estado democrático de derecho nos deja expresarnos y elegir.

Siendo honesto, no diré lo que pienso que va a hacer Tramp, porque su jugada encierra algunas claves imprecisas. Acertar en lo que pasará este lunes es como lanzar una moneda al aire, si lo haces sería por casualidad, no por causalidad; aunque, llegados a este punto, me inclino más en la opción de que seguirá como Presidente y su carta de amor marcará el inicio de una nueva estrategia que podría desembocar en la beatificación laica de Paudrillo en el Valle de los Caídos por este Papa comunista.

La victimización del matrimonio trampista ha provocado de manera inmediata el discurso aún más bronco y totalitario de la izquierda socialista. Ahora resulta que el nivel de violencia verbal y de insultos contra Pedro y Begoña es algo intolerable en política y que nunca se había visto u oído. Es la antesala de declarar a toda la oposición, a muchos jueces y a muchísimos ciudadanos, criaturas enfermas de odio y sedientas de venganza porque «no podemos derrotar a Pedro Sánchez». Ya lo ha cantado Zapatero en la SER: no puede vencer el odio a la democracia. Es decir, que el odio somos los que no apoyamos a Pedro y la democracia son ellos, ese cuerpo místico encabezado por la luz trampista verdadera.

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Qué tiempos aquellos cuando Chiquita de la Calzada acusó en el Congreso a Feijóo de dar una subvención a su mujer por parte de la Xunta, mientras nuestro Paudrillo aplaudía y reía sin disimulo en el escaño de al lado. Noticia que, por cierto, fue desmentida a las pocas horas.

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