Patulea

La Carrera ·

Quizá él se hace eco del clima político infame que se respira dentro y fuera

josé ángel marín

Lunes, 14 de diciembre 2020, 22:41

Tranquilo, tranquilo, le dije con voz queda, intentando templar gaitas. Tranquilo, hombre, le repetí algo más tieso dos veces más. Pero Recesvinto continuó con sus ... imprecaciones, despotricando como Calimero (recordarán este dibujo animado: pollo incomprendido donde los haya). Aunque ya sabemos que Recesvinto de Calimero tiene poco, está a meses de jubilarse y ya pasaron sus años de imberbe (además durante el confinamiento se dejó una barba que ya quisiera Valle-Inclán).

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La cuestión es que Recesvinto se vino arriba sin dejarme entibiar el contenido de la lavativa que para él preparo cuando empieza con esos abscesos de ira ciudadana, por cierto, cada vez más frecuentes. Quizá él se hace eco del clima político infame que se respira dentro y fuera. De hecho, no es la primera vez que reza la cantinela de que nos desgobiernan pejigueras que él llama 'patócratas', psicópatas frente a los que poco o nada –afirma- puede hacer la farmacopea. Tampoco es la primera vez que le oigo aseverar que para los males que aquejan el país –él dice asolan-, y desde luego también la civilización occidental, no hay remedio en el horizonte cercano. (Algo pesimista sí es el hombre, aunque alega que solo es un optimista bien informado).

Recalca Recesvinto (con los ojos algo inyectados en sangre, y esto me preocupa) que han tomado la manija de la nave a la deriva que siempre quiso ser España, una patulea de ególatras, sociópatas, impresentables y resentidos infantiloides que llevados de una ambición personal insaciable ven en las instituciones una catapulta para sus objetivos más o menos confesables (algunos del todo inconfesables). Y añade mi colega que –para colmo- las ansias de poder y el narcisismo se fusionan ahora en una misma cataplasma con una pandemia que –insiste- tiene visos de quedarse para los restos.

Aprovechando que Recesvinto se detenía para tomar aire, solté un ¡equilicuá! y pegué la hebra. Dije: En el proscenio actual de la política nacional y foránea veo complicado desentrañar el entramado que posibilita que los 'patócratas' tengan mando en plaza. Aunque porcentualmente son pocos, los sociópatas son proclives a ocupar puestos de responsabilidad e influencia social, sobre todo en la política y ejemplos de ellos nos da la Historia y mirar a nuestro alrededor. Pero, no conviene quemar las naves pues no todos los influyentes/as de la política, las instituciones y las finanzas son psicópatas. Ni mucho menos. Creo más abundantes los que en tales puestos trabajan por el bien común, que de paso es el suyo.

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Pero, si los puestos cumbre los copan sociópatas y narcisistas camuflados, resultará inútil la diligencia de la mayoría profesional y bienintencionada. Entonces será difícil paliar los efectos del terremoto 'patocrático'.

En algo sí tuve que dar la razón a Recesvinto, que esperaba paciente que terminase mi perorata. Convinimos que cada vez resulta más raro que una persona cabal alcance la cúspide del poder. Con escrúpulos, con sentido de la responsabilidad y algo de conciencia no pasas del tranco de la puerta.

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