España concentra un rico patrimonio histórico, especialmente arqueológico. Pese a ello, la inversión que las diferentes comunidades autónomas destinan al mismo resulta insuficiente. No obstante, ... hay que reconocer que dicha inversión se ha incrementado de forma exponencial en las últimas décadas, aunque con marcadas diferencias entre unas Autonomías y otras. Junto a ello, esta riqueza patrimonial, desde el punto de vista social, cultural y turístico, había pasado, hasta hace pocos años, bastante desapercibida, a pesar de que disponíamos de conjuntos arqueológicos muy importantes y de renombre internacional, como es el caso de algunos de los emplazados en Andalucía, entre los que destacarían los Dólmenes de Antequera, los Millares, Itálica, Baelo Claudia, Madinat al-Zahra, etcétera; o bien los casos giennenses de Cástulo, Puente Tablas, la villa de Bruñel, Cerrillo Blanco y otros.
Publicidad
Munchos y emblemáticos
Una situación que resultaba todavía más extrema en los casos de las fortificaciones giennenses, pese a considerarse como uno de los ámbitos territoriales con una mayor aglomeración de este tipo de construcciones inventariadas de España. Y ello pese a que Jaén contaba con ejemplos muy emblemáticos como las fortalezas de Segura de la Sierra, Alcaudete, Cazorla, Baños de la Encina, Jaén, Canena, Sabiote, Alcalá la Real, etcétera. Incluso, a pesar de que, este importante patrimonio poliorcético ya fue valorado por varios autores, quienes resaltaron la enorme cantidad y variedad de estructuras fortificadas que atesoraba Jaén, entre ellos el arquitecto mallorquín Gabriel Alomar o el giennense Juan Eslava.
Todas ellas son un claro símbolo de la dilatada historia medieval de nuestra provincia, y sobre todo a su conformación como espacio fronterizo, que permaneció activa durante los siglos XII-XV, a lo largo del cual se fueron edificando una amplia gama de estructuras defensivas. En este sentido, el significativo papel político desempeñado por los núcleos urbanos del Alto Guadalquivir llevó a sus dirigentes gubernamentales, tanto musulmanes como cristianos, a dotarlos de complejos dispositivos fortificados para su propia defensa y de sus alfoces. Actuaciones semejantes también fueron ejecutadas por todos aquellos señores o instituciones feudales que conformaron en esta zona señoríos territoriales y jurisdiccionales que le fueron entregados por los reyes castellanos durante el proceso de conquista de al-Andalus, que edificaron nuevas fortalezas o transformaron otras más antiguas.
Universidad de Jaén
El estudio de las fortificaciones medievales del Alto Guadalquivir se ha configurado como una de las principales líneas de investigación del Área de Historia Medieval de la Universidad de Jaén. Por ello desde un principio se marcó como objetivo determinar la interrelación existente en nuestro marco geográfico entre las fortificaciones, el territorio y la organización político-social. De esta manera, estos trabajos han intentado definir el papel que jugaron los castillos dentro de la organización militar y social del espacio, ya que la edificación de fortalezas respondía a una multitud de funciones y necesidades, a la vez que se tenían presentes las numerosas mutaciones que experimentaron a lo largo de su trayectoria como consecuencia de la influencia de factores determinantes, entre ellos la evolución de las tácticas de guerra, de las armas, de la dinámica fronteriza, etcétera.
Finalmente, muchas de estas fortalezas fueron abandonadas, principalmente tras la desarticulación de la frontera tras la conquista de Granada, puesto que en muchos casos la pérdida de importancia estratégica determinó su consecuente decadencia, en parte motivada principalmente por la aparición de la pirobalística, que predestinó a muchas de estas fortificaciones medievales a emprender un lento declive. Por ello desde el momento que su función defensiva fue desapareciendo, sus estructuras y fábricas se fueron degradando paulatinamente hasta su ruina total, que en algunos casos llegó incluso a su desvirtualización como fortaleza, dando pie lamentablemente a su posterior demolición y a su colapso arquitectónico, o bien a una significativa transformación.
Publicidad
Modificaciones
Sin embargo, otros castillos fueron adaptándose a las nuevas necesidades sociales, modificando su organización espacial, sus estructuras e incluso sus elementos estéticos. Los austeros castillos medievales fueron reconvertidos en suntuosos palacios y en fortalezas dotadas de las más novedosas estructuras defensivas.
De esta manera, los sólidos y compactos muros y sin apenas huecos de las antiguas fortalezas, comienzan a abrirse al exterior con grandes ventanales, al tiempo que los patios de armas se convierten en claustros interiores que articulaban el espacio residencial, donde destaca la presencia de las principales áreas palatinas, es decir, una amplia gama de reformas que evidencian la sustancial transformación de estos edificios y que al quedar patente en su configuración arquitectónica, puede ser estudiada aplicando una metodología arqueológica precisa ('Arqueología de la Arquitectura').
Publicidad
Rutas turísticas-culturales
Esta riqueza patrimonial provincial ha convertido a un importante número de estos elementos en el argumento principal de varias rutas turístico-culturales, coordinadas por las administraciones autonómicas y provinciales, entre las que cabrían destacar, entre otras, el 'Legado Andalusí', la denominada 'Ruta de los Castillos y las Batallas', o la 'Ruta Arqueológica de los Torreones de la Campiña', o incluso la 'Ruta del Renacimiento del Sur'.
Sin embargo, la peculiaridad que subyace en muchos de estos conjuntos fortificados, su estado de conservación, o incluso su olvido, han dificultado hasta el momento el poder abordar los trabajos histórico-arqueológicos y arquitectónicos necesarios para conseguir la absoluta recuperación de sus elementos patrimoniales.
Publicidad
Una exhaustiva investigación que está favoreciendo la configuración de equipos interdisplinares, que comienzan a trabajar de forma coordinada para su puesta en valor, lo que ha conllevado el enriquecimiento de manera evidente de todas las intervenciones de restauración y musealización emprendidas.
Circunstancias que han redundado en la proliferación de centros de interpretación de estas fortalezas que recogen los resultados de los trabajos de investigación y favorecen su transferencia al sector público. De esta manera toda la investigación histórico-arqueológica promovida por los miembros del Área de Historia Medieval de la Universidad de Jaén y de profesionales colaboradores ha contribuido a fomentar acciones dinamizadoras del progreso cultural, social y económico de nuestra región.
Publicidad
Es por ello que en aras de sumar nuevos valores y puntos de interés a nuestra riqueza monumental y oferta turístico-cultural tanto provincial como local, se plantean la necesidad de planificar y proyectar actuaciones y estudios de este tipo, que compilen líneas de investigación y en actividades concretas que estén orientadas a iniciar un complejo proceso que permita incrementar el conocimiento de la evolución histórica de este importante Patrimonio Histórico.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión