Coincido plenamente en las teorías de que las nuevas generaciones en España cada vez son más analfabetas en general, particularmente en conceptos histórico y políticos. ... Pero hay un detalle importante: la ignorancia atrevida no se inaugura con los más jóvenes, sino que ya tiene hondas raíces que nos llegan desde la mismísima vicepresidenta del Gobierno, una catedrática constitucional que se atreve a señalar al 'capitalismo liberal' como la gran amenaza para los derechos humanos de las mujeres. Luego, para rematar esta semana de oro de la estupidez, llegaría una Franco, de apellido, de nombre Isabel y podemita para más señas, para acusar a los Reyes Católicos de ser unos genocidas que terminaron con ese paraíso terrenal que era Al-Ándalus.
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La emérita cabrense advertía que nada les iba a parar porque todo se tendría que mover con 'perspectiva de género', esa fórmula mágica para edificar el adoctrinamiento totalitario que camuflan como 'feminismo' pero no es más que un rodillo del que vivir bastantes aunque su mayor fin sea someter la libertad de pensamiento liberal. Algo que hasta para el PP de Feijoó, que es ese ejemplo de centrista moderado para toda la izquierda que odia a la derecha, debe ser mandamiento de obligada realización, a tenor de la cantidad de millones que la Xunta de Galicia lleva tirados por el sumidero todos estos últimos años para favorecer «las políticas de igualdad». En esto, hay que reconocer que no se agota el servicio del presidente gallego a la «perspectiva plurinacional» que se va imponiendo poco a poco en ese terreno vaciado de sentimiento nacional que es España; no solamente ha presumido del modelo lingüístico gallego- progresivamente agresivo contra el español- sino que ha criticado las políticas de Ayuso contra el covid, en la línea de Page, ese mediocre «socialista de los de siempre» que está incapacitado para gestionar nada grave de manera medianamente seria y eficaz.
Al final, viendo a centristas ejemplares abrevando en los pantanos ideológicos de la izquierda niñata, uno entiende el éxito de anuncios publicitarios que exaltan la virtud del 'acento y el poderío' aunque sea para convencerte de que bebas su cerveza. De ahí que apareciese el vividor de Baldoví, de estirpe valenciana, para denunciar como falta intolerable de respeto que hubiese diputados que no supieran muy bien cómo pronunciar el nombre de Iceta, ministro plurinacional del sanchismo. De la gestión terrorífica contra el virus del gobierno de su partido con Ximo Puig en Valencia no tuvo tiempo de hablarnos.
Todo este carrusel de disparates políticos, denuncias ridículas y proyectos iliberales pero 'con acento', lógicamente no solamente no sale gratis a la democracia, sino que es muy caro para sus ciudadanos. Primero, materialmente; al final, para la misma supervivencia como sociedad.
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Como algunos 'youtubers' han decidido irse a Andorra para no dejar aquí la mitad de sus ingresos millonarios, la izquierda ha tocado rebato para señalar a estas personas como delincuentes y recordarnos que la verdadera patria es un hospital, aunque triunfe la recreación de Lola Flores haciendo una loa al acento y al chovinismo, mientras escupen su odio contra un hospital público de pandemias que está salvando cientos de vidas de madrileños.
No nos engañemos: para el sanchismo podemita no hay más patria que el poder, ni menos patria que España. En plena pandemia desgarradora no han usado el dinero de tus impuestos para abrir 17 zendales, sino para dotar de más de 400 millones al ministerio adoctrinador de Montero y regalar 50 millones a Errejón para que estudie la jornada de 4 días semanales en un país que se está desangrando por el paro y la recesión. Seamos honestos: si yo ganase al año 5 millones de euros y tuviese que dejar 2,5 a este gobierno en impuestos, también haría las maletas y me marcharía de España. Que la niñera de Pablo Iglesias no salga de mi bolsillo.
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