Orientación universitaria, una tarea pendiente

Propongo que las competencias de orientación deberían centralizarse en un Vicerrectorado y, desde aquí, se irían decantando hacia las facultades y escuelas técnicas superiores. En cada uno de sus siete campus se crearía la 'Unidad de Orientación del Centro', que sería la encargada de atender las necesidades de sus estudiantes en esta materia

José A. Delgado

Domingo, 17 de julio 2022, 20:26

El pasado sábado 11 de junio apareció una información muy interesante en este diario bajo el título 'Cómo elegir carrera'; e igualmente, en nuestra ciudad, ... el jueves día 9, se celebró la Feria de Empleo con una enorme afluencia de estudiantes y titulados donde empresas locales, regionales, nacionales e internacionales, como la Red Europea de Servicios de Empleo (EURES), ofrecían oportunidades de empleo. Tanto la información de Marta Fernández Vallejo como el evento me dan pie para plasmar en este artículo unas breves notas a propósito de la orientación universitaria.

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La orientación es una disciplina científica conformada por un conjunto de conocimientos cuya aplicación práctica contribuye a que las personas alcancen su máxima autonomía. Es también una actividad profesional que se ejerce desde diferentes contextos como el educativo y el laboral. Considero que los cambios producidos en nuestro entorno socio-económico como la globalización, el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los derivados de la sociedad del conocimiento o la complejidad del mundo laboral, están repercutiendo en la formación de los estudiantes universitarios. Ello evidencia la necesidad de dinamizar acciones dirigidas a su formación integral, que además de los ámbitos formativo e investigador, deberían abarcar también el orientador. Cómo superar un problema de autoestima; cómo planificar el tiempo de estudio; dónde están las ocupaciones más acordes con la titulación cursada; o cómo afrontar un trabajo de tesis…, son ejemplos de casuísticas reales planteadas por los estudiantes y que pueden ser satisfechas con una orientación adecuada. Dicha orientación se concreta en actividades de información, asesoramiento y formación que abarquen sus dimensiones personal, académica y profesional.

El 'Espacio Europeo de Educación Superior' ha ido consolidándose paulatinamente en las universidades de sus países miembros. Dicho espacio hace referencia a la orientación como un ámbito sensible para las universidades y sus aspectos más relevantes son recogidos mediante declaraciones y comunicados. Cuestiones como la empleabilidad, el asesoramiento académico, personal y profesional, la creación de servicios de orientación, la movilidad internacional o la inserción laboral de sus egresados son recurrentes prácticamente en todas ellas. Desde la orientación personal se destaca la importancia del asesoramiento individual (Lovaina, 2009); crear servicios de apoyo a los estudiantes; ayudarles en su toma de decisiones (Bucarest, 2012); e informar sobre los aspectos relevantes de los planes de estudio (Londres, 2007). En cuanto a la orientación académica se incide en la creación de itinerarios flexibles de aprendizaje (Bucarest, 2012 ); el asesoramiento en los estudios de doctorado (Londres, 2007); y la creación de servicios de orientación (Lovaina, 2009). Y en relación con la orientación profesional se hace hincapié en incrementar la relación universidad-empresa; fomentar la empleabilidad de los titulados (Londres, 2007, Lovaina, 2009, Bucarest, 2012); crear servicios de orientación profesional y potenciar el asesoramiento sobre la carrera (Bucarest, 2012). Igualmente existe un respaldo desde las políticas europeas de educación superior como el Proyecto de Resolución del Consejo de la Unión Europea (2004); el Informe del Proyecto Europeo (2007); los estudios y recomendaciones del Foro Europeo de Orientación Universitaria (FEDORA, 2007); o el Informe de la Comisión Europea (2011).

Líneas básicas

Centrándonos en nuestro sistema educativo, el Ministerio de Educación estableció las líneas básicas para la modernización de la universidad española en el documento 'Estrategia Universidad 2015'. En él se destaca que la misión final de la orientación universitaria es la de dotar a los estudiantes de las competencias necesarias para identificar y elegir alternativas formativas o profesionales acordes con su proyecto vital. La figura del orientador existe en España desde que en 1990 aparece en la LOGSE. Este desarrolla su trabajo en los Equipo de Orientación Educativa (EOE) atendiendo a los niños de Educación Infantil y Primaria; y desde los Departamentos de Orientación de los institutos de Educación Secundaria para dar respuesta a las necesidades de los alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional. No ocurre así en el ámbito universitario donde este profesional no forma parte de la organización de la Institución ni tampoco existe una estructura que dé cobertura a las necesidades de sus estudiantes. Y no es por falta de cobertura legal: el Real Decreto 1791/2010, que aprueba el Estatuto del Estudiante Universitario, confiere especial importancia a las actividades de orientación de los estudiantes que se configuran como un derecho y un servicio de las universidades. Además, dicho estatuto, dibuja las líneas desde donde estructurar un 'Sistema Integral de Orientación' para la Institución.

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Sin embargo, hoy, y debido a la complejidad de los currículos y al cambiante mundo laboral, la orientación universitaria es más necesaria que nunca. Su finalidad última es ayudar a los estudiantes en la búsqueda de una ocupación acorde con sus intereses y para la que se han formado durante su trayectoria académica. Tradicionalmente las universidades tienen encomendadas dos misiones: la docente y la investigadora; considero que estas deberían completarse con la misión orientadora. La Universidad de Granada, y para cumplir con su funciones, se estructura en siete campus: cinco ubicados en la ciudad, uno en Ceuta y otro en Melilla. Bajo el modelo que orientación que propongo, las competencias de orientación deberían centralizarse en un Vicerrectorado y, desde aquí, se irían decantando hacia las facultades y escuelas técnicas superiores. En cada uno de estos siete campus se crearía la 'Unidad de Orientación del Centro', dirigida por un profesor, que sería la encargada de atender las necesidades de sus estudiantes en esta materia.

Desde este modelo, y en cada uno de sus campus, se ofertaría apoyo a los estudiantes en las enseñanzas que estén cursando. Así, desde el Grado, sería relevante la orientación en el primer curso de carrera para favorecer su adaptación al entorno universitario; las técnicas de estudio; la planificación y distribución de horarios; y cómo afrontar los exámenes o el trabajo fin de grado. Al finalizar su titulación devendría esencial la ayuda para transitar al mundo laboral mostrándole las ocupaciones más acordes con el Grado cursado o la modalidad de becas para seguir estudios de posgrado tanto en nuestro país como en el extranjero. Desde las enseñanza de Máster se haría hincapié en la preparación para la actividad profesional dotándoles de competencias para la empleabilidad, el emprendimiento y la iniciación a la investigación. Y desde el Doctorado se ofrecería al alumnado orientación para afrontar una tesis; asesoramiento sobre la carrera investigadora; y las salidas profesionales que el mercado laboral les ofrece con el título de Doctor.

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