Un nuevo ciclo político

Editorial ·

La torpe inmolación del PP arruina sus expectativas a corto plazo y alimenta la hipótesis de que Sánchez adelante las elecciones

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:50

El PP forzó el adelanto de las elecciones de Castilla y León con la seguridad de lograr una victoria aplastante, que precedería a otra en ... las autonómicas andaluzas y serviría de trampolín a Pablo Casado en su camino hacia La Moncloa. Una semana después, el pírrico triunfo en las urnas le plantea un incómodo dilema sobre qué hacer con Vox –le necesita para sus planes de Gobierno en esa comunidad, pero la relación con ese grupo puede arruinar sus aspiraciones en el conjunto del país– y ha destrozado todas sus previsiones. Con ser relevante, ese es el menor de los problemas a los que se enfrenta. La cruenta guerra civil entre la dirección nacional e Isabel Díaz Ayuso, con descarnados enfrentamientos y cruce de gravísimas acusaciones ante los focos en un espectáculo inédito, ha abierto en canal el partido ante el estupor de la opinión pública. Una implosión sin control que ha sacudido sus cimientos y provocado heridas internas tan profundas que difícilmente podrán ser saturadas sin una cirugía mayor.

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Solo la explosiva mezcla de torpezas inauditas, una batalla de egos desbocados y el envenenamiento de las relaciones personales explica el bochornoso harakiri protagonizado en las últimas horas por el PP. La convivencia de Casado y Ayuso en un mismo proyecto y con los dos en sus actuales responsabilidades parece inviable tras haber llegado su pulso a un punto de no retorno. Sea cual sea el desenlace final, los populares saldrán de él inevitablemente debilitados para construir a corto plazo una alternativa ganadora. El nuevo ciclo político que auguraban tras las autonómicas de Castilla y León como preludio de su asalto al Gobierno central ha comenzado, pero por motivos bien distintos a los que esperaba y con sus expectativas dinamitadas.

La legislatura adquiere ahora otra dimensión. Aunque el PSOE ofrece claros síntomas de desgaste pese a la recuperación económica, como demostró el 13-F, la profunda crisis del PP cambia por completo el panorama: permite a Pedro Sánchez plantearse un eventual adelanto electoral para explotar una coyuntura tan favorable y a Vox soñar con el liderazgo de la derecha. De la pericia con la que Casado lidere una situación extremadamente delicada dependerá el alcance de los destrozos de la inmolación de su partido. Los votantes deciden, pero sería perturbador para nuestro país que la extrema derecha se erigiese en la principal opción frente al socialismo en el poder.

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